Sin ofender, porque es solo un decir… en Panamá las cosas que suceden a nivel de gobierno están en chino. Los más no las entendemos; pero las futuras generaciones a lo mejor sí, ahora que ha sido aprobado en primer debate en la Asamblea Nacional el Proyecto de Ley No. 216 haciendo obligatoria la enseñanza del Mandarín en primer y segundo nivel de los colegios públicos y privados del país. Curiosa iniciativa esta, que se sustenta principalmente en el hecho de que es "la lengua más hablada del mundo". Esto, definitivamente, es cierto: la habla un altísimo porcentaje de los mil 321 millones 851 mil 888 chinos (1,321,851,888), cifra que sigue en aumento.
Antes que nada, declaro profesar una ilimitada admiración por el pueblo chino; por su cultura, sus tradiciones, su humanidad, su laboriosidad y su extraordinaria inteligencia. En nuestro país, los de origen chino y sus descendientes son ciudadanos ejemplares y los considero pilares de muchas de las cosas buenas que hoy tiene Panamá. Además, personalmente me honra ser amigo sincero de un gran número de ellos. Pero no se trata de eso, sino de la falta de coherencia en los actos de gobierno (actos públicos, les llaman) que nos sorprenden cada mañana al abrir los ojos luego de olvidarnos del mundo por unas horas.
Es notorio que nuestra educación pública está entre las peores de América. De esto se ha escrito y hablado hasta la saciedad, de modo que no hay necesidad de insistir en ello. Y si esta es la situación, ¿no sería más lógico resolver este desastre antes de dar el salto cualitativo hacia un idioma complejo cuando nuestros estudiantes ni siquiera dominan el español? ¿Y no sería más lógico tener el idioma chino como otro de libre opción en vez de hacerlo obligatorio? Por otro lado, información de reciente data nos indica que en China están tan obsesionados con el aprendizaje del inglés que ya hay aproximadamente 250 millones de sus ciudadanos que lo están haciendo. Por eso, ¿después de aprender a hablar bien el español, no convendría más que animáramos a los estudiantes panameños a hablar inglés?
Para una comparación práctica, esos 250 millones de chinos equivalen a más del 80% de la población de Estados Unidos (que, de paso, no toda habla inglés correctamente), y representa alrededor de 83 veces la población de Panamá. Y es que, según pintan las cosas, para entendernos con las personas de negocios procedentes de China es evidente que será necesario hablar inglés… a menos que nos mudemos todos para allá a establecer negocios en chino.
No me imagino a nuestros estudiantes de hoy haciéndole frente a un idioma cuya escritura consta de más de 47 mil caracteres, aunque no todos son de uso corriente, por supuesto. Pero restando y restando, dicen los expertos que el ducho en ese idioma debe poder leer y escribir entre 3 y 4 mil caracteres. Ahora bien, suponiendo que solo se pretenda enseñar conversación, el nuevo lingüista tendrá que pegar con el chino correcto porque en vez de en Guan (Mandarín), le podrían responder en Gan, Kejia, Min, Wu, Xiang o Yue. Ya amanecerá mañana.