POSICIONES ENCONTRADAS.

¿Qué es la fe?

El término fe en el Nuevo Testamento viene del griego pistis, que en primer lugar significa persuasión, convicción (no mera creencia) fundamentada en el sentido del oído. La fe viene por oír [gr. akouo]; oír la palabra de Cristo. (Romanos 10:17) Esto es, la fe viene a mi vida por oír el evangelio de Jesús; la palabra de Dios. (Desde que apareció el Nuevo Testamento la fe también viene a mí, y mi espíritu se alimenta, por leer [gr. anaginosko] yo la palabra de Dios). La fe no viene por lo que veo, puesto que la vida cristiana no se cimenta en el sentido de la vista, sino en la fe que viene por oír (y leer) los hechos reales del evangelio. (2da Corintios 5:7).

Temo que algunos están tan prejuiciados en cuanto a Dios, Jesús, la Biblia y la fe que tienen la creencia "progresista" de que "fe significa no querer saber la verdad", como aseguraba Nietzsche. Tampoco fe es "la gran excusa para evadir la necesidad de pensar y juzgar las pruebas", como afirma Richard Dawkins. En Raíz de Todo Mal, Dawkins arremete nuevamente contra la fe y cree que "fe es aceptar una idea sin dudar; sin pensar y sin cuestionarla". ¿De dónde sacó semejante absurdo? El editor Michael Shermer se mofa y asevera que "el punto de la fe es creer sin importar la evidencia, lo cual es la antítesis de la ciencia".

Alguien más intentó definir el término y esto es lo que cree: "La fe [se nutre] de esperanzas e hipotéticas revelaciones". ¡Se nota que no entiende o ignora qué es fe! La verdadera fe no se nutre ni de esperanzas ni de supuestas revelaciones. Él confunde fe con esperanza, y su omnisapiencia le engaña diciéndole que las revelaciones y los hechos ocurridos en tiempo y espacio reales –sobre los que transita la fe bíblica– son "hipotéticos". Para hacer afirmaciones tan radicales toca ser una de dos cosas: omnisapiente o un majadero. El racionalismo y cientificismo empleados por los personajes citados no son ciencias; son adulteraciones de las disciplinas que dicen representar. Dichas definiciones son un insulto a la fe del cristiano y un atropello a la inteligencia de las gentes que algo conocen de fe, aunque no sean cristianos. Por el respeto que merecen los excelentes filósofos, científicos y editores, debo expresar que quien no quería saber la verdad en cuanto a Dios era el filósofo alemán. Quien no desea pensar y ver más allá de sus narices ni examinar las pruebas contra el mito evolución es Dawkins, pues tiene fe ciega en la creencia "evolución", que de ciencia tiene muy poco, pero sí grandes dosis de filosofía. Desgraciadamente, debo reconocer que la segunda definición de Dawkins es lo que muchos –incrédulos y cristianos– entienden por "fe".

La definición de "fe" dada por Shermer encaja en los campos evolutivos, pues –como dicen muchos científicos convencionales– los creyentes evolucionistas creen en la falacia aun con todas las evidencias en contra; asimismo, la teoría de la evolución sí es la antítesis de las ciencias naturales. Es "ni más ni menos el mayor mito cognitivo" de los tiempos modernos, asegura el genetista Michael Denton.

Quien se nutre de esperanzas y supuestas revelaciones de sus creencias es aquel que cree entenderlo y explicarlo todo y aspira poder aplicar racionalismo y cientificismo a cualquier conjunto de verdad. Y cuando no lo logra se frustra y siente disminuido, porque su minúsculo cerebro no puede entender ni explicar lo que es imposible que quepa en su cabeza y en el laboratorio.

Permíteme compartir lo que expresa Hebreos 11:1, que define la fe: "Y es (la) fe, de lo que se espera base segura, de realidades prueba convincente que no se ven". Esto es, la fe es base inamovible de lo que espero por ser real; la fe también es la prueba convincente de las cosas que no veo con los ojos físicos, mas existen. La fe descansa y se alimenta de hechos comprobables –no de "esperanzas e hipotéticas revelaciones"–, y las evidencias están disponibles a quien tenga dudas honestas, no supuestos y prejuicios. Es decir, fe no es un suicidio intelectual ni un paso al vacío. Esos hechos no admiten probabilidades de que sean o no porque son. Pueden ser cuestionados pero jamás rebatidos; son irrefutables. No hay argumento, alharaca, racionalismo, cientificismo ni filosofía suficientes para rebatir los hechos reales que narra la Biblia. No digo que no se investiguen. Señalo su irrebatibilidad. Aclaremos: quien presuma de refutar los hechos del evangelio –como aparecen en el Nuevo Testamento– y las conversiones a Jesús, simple y llanamente está soñando. La vida es sueño porque "soñar no cuesta nada", escribió Calderón de la Barca.

Alguien dirá que la religión no es ciencia. Cierto. Pero ya vimos que el cristianismo es histórico–empírico por descansar sobre hechos y una relación transformadora con Jesús. Aquel que se atreva a venir a Él podrá comprobar personalmente si Jesús es lo que asegura ser o era un charlatán.


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