HERMES SUCRE SERRANO hsucre@prensa.com El general Manuel Antonio Noriega se creía un hombre imbatible, capaz de enfrentarse a Estados Unidos, la nación más poderosa del mundo. El comandante de las Fuerzas de Defensa se endiosó después que ordenó el fusilamiento de nueve oficiales rebeldes que intentaron un golpe militar el 3 de octubre de 1989.
Al general se le veía siempre rodeado de aduladores, que celebraban todas sus ocurrencias, por descabelladas que fueran. Sin embargo, el día de la invasión se quedó prácticamente solo, porque sus seguidores salvo contadas excepciones decidieron echar muchos pasos atrás antes de quedar pulverizados por el poder de fuego del invasor.
Hay muchas versiones sobre el final de Noriega. Dicen que trató de llamar a sus oficiales, pero ninguno le respondió. En ese momento comprendió que la victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana.
Noriega se asiló en la Nunciatura Apostólica a las 5:12 p.m. del 24 de diciembre de 1989.
Sobre ese momento, el nuncio José Sebastián Laboa recordó: El día de su llegada Noriega pidió una cerveza fría, la bebió y luego pasó a una habitación que unos días atrás ocupara monseñor Marcos Gregorio McGrath (arzobispo de Panamá). Después pidió pastillas para dormir. Ese día era la Nochebuena, así que lo invité a cenar conjuntamente con los que estaban ahí. Con él cenaron Nivaldo Madriñán, Eliécer Gaytán, Bélgica de Castillo y su marido.
Durante su estancia en la Nunciatura, las pastillas para dormir no le sirvieron de mucho a Noriega. Cinco 'disc jockeys' militares estuvieron afuera de la Nunciatura sonando música de rock a toda hora, con el fin de enervar al escurridizo general.
Todo terminó el 3 de enero de 1990 a las 8:50 p.m., cuando la presencia de Noriega se hizo insostenible para monseñor Laboa. El dilema: salía de la Nunciatura o la gente entraba a lincharlo.
Esa noche, los panameños siguieron con la mirada el helicóptero del Comando Sur con Noriega adentro cuando se perdía entre el amasijo de edificios de Punta Paitilla, rumbo a Miami (EU), donde cumple una condena de 40 años por narcotráfico.

