La gesta memorable y las tareas pendientes

Luis Vejarano Con motivo de los 38 años de la gesta patriótica del 9 de enero de 1964, empiezo por hacer remembranza de aquella jornada, sus antecedentes y concluyo con algunas de las tareas que aún nos quedan por hacer para contarrestrar las fórmulas disfrazadas de defensa fronteriza con Colombia, que sectores influyentes están alentando para legalizar la presencia militar extranjera en nuestro país.

En la tarde del 9 de Enero de 1964, doscientos institutores caminaron hasta el Balboa High School para exigir que se cumpliera el pacto de izar la bandera panameña al lado de la norteamericana. Al intentar enarbolarla, estudiantes y padres de familia del colegio zonian ultrajaron nuestro pabellón nacional y se inició la desmesurada agresión de la policía zoneíta. La mecha encendida por los aguiluchos convocó a miles de personas de todas las edades y clases sociales, que tiraban piedras, y algunos disparaban con revólveres de pequeño calibre para enfrentar las tropas y tanques del Ejército norteamericano. Ante el ultraje inferido a la bandera, el presidente panameño Roberto F. Chiari, en meritorio acto, rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Una vez más Panamá demostró no tener vocación de ser colonia y se sublevó para denunciar la agresión de que éramos víctimas. En los días 9, 10 y 11 de enero, cayeron 22 héroes y más de 500 heridos, entre los miles de compatriotas y héroes anónimos que abarrotaron el proscenio del combate. El 3 de abril de 1964 se reanudaron las relaciones y se pactó el compromiso de negociar un nuevo tratado del Canal. En agosto de 1970, el jefe de Gobierno, Omar Torrijos, rechazó los proyectos de tratados que legalizarían las bases y crearían otra forma de dependencia con la potencia, acción que contó con apoyo de amplios sectores estudiantiles, gremiales, profesionales, obreros y campesinos. Desde abril de 1974, mi canción Colonia Americana ¡NO! sirvió para motivarnos en la lucha por el Canal.

La gesta enerina del 64 tuvo los siguientes antecedentes: el 12 de diciembre de 1947 el pueblo panameño se tiró a las calles y logró que la Asamblea Nacional rechazara el convenio que postergaría la permanencia de 134 bases adicionales a las que Estados Unidos ya tenía en la franja canalera. El saldo de esta jornada fue de 60 heridos, entre ellos, el estudiante Sebastián Tapia que quedó inválido. Desde entonces, el pueblo percibió que las revisiones de 1936 introducidas al tratado de 1903, no resolvían las controversias (lo mismo que sucedería con las del 55) y demandó la abrogación total de dicho tratado. El 12 de mayo de 1958, universitarios y periodistas del Sindicato de Periodistas, dirigidos por Carlos Arellano Lennox, sembraron banderas en distintos sectores bajo jurisdicción de la Zona del Canal. El semillero de banderas pronto encontró eco y se incrementaron las manifestaciones que enarbolaban el pabellón nacional en la Zona. El acto más trascendental se suscitó el 3 de noviembre de 1959, cuando el diputado Aquilino Boyd encabezó una marcha de profesionales que recorrió las calles zoneítas izando banderas.

El saldo fue de 64 heridos panameños, algunos de bala y bayoneta, y 45 norteamericanos heridos entre policías y bomberos de allá. Además de cuantiosos daños materiales.

En 1964 el pueblo adolorido sepultó a sus mártires, pero no en vano; con ello robusteció la determinación que años después le permitió a Panamá recabar la solidaridad internacional, iniciada con la reunión aquí del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que culminara con la negociación y ulterior firma de los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Sin embargo, pese a los logros alcanzados por la sangre derramada, es lamentable la ingratitud de quienes pretenden echar al olvido la memoria de los mártires del 9 de Enero, y en dos ocasiones han diferido la fecha de duelo para crear días-puente que incentiven la economía en el interior del país. Y yo me pregunto ¿con qué dinero si después de los gastos de Navidad y Año Nuevo para el 9 de Enero todavía está lejos el pago de la quincena? Por otra parte, el 31 de diciembre de 1999 se cumplieron las aspiraciones de los mártires; empero, a pesar de que esta fecha perfeccionó nuestra independencia, no concibo la razón por la cual se deja pasar inadvertida. Consabido es que esta fecha fue pactada por Torrijos para eliminar las bases y recuperar nuestro principal recurso natural.

Es de obligatorio cumplimiento que los panameños tomemos conciencia del valioso legado de los mártires y de la importancia de inspirarnos en su memoria para concluir las tareas pendientes del proyecto de liberación. Consabido es que aún quedan algunos individuos influyentes que quisieran volver a los tiempos del enclave colonial, por lo que debemos tener presente la memoria de los mártires para no dejarnos sorprender con situaciones atentatorias contra la soberanía. Precisamente, son estos badulaques los que ahora pretenden que el gobierno permita fuerzas foráneas en nuestra frontera con Colombia para defendernos del terrorismo (Recomiendo adquirir mi libro Crónicas del Canal conquistado en la librería Exedra Books para ampliar el tema). Es verídico y absoluto que la gesta del 9 de Enero y la delación de Panamá ante el Consejo de Seguridad de 1973, son los hechos más influyentes en la descolonización, y sus magnanimidades las más elocuentes en la lucha por la independencia plena.

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