El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua define la oligarquía, como: 1. El Gobierno de pocos. 2. Forma de gobierno en la cual el poder supremo es ejercido por un reducido grupo de personas que pertenecen a una misma clase social y 3. Conjunto de algunos poderosos negociantes que se aúnan para que todos los negocios dependan de su arbitrio.
Me parece que la academia se quedó corta y desfasada con estas definiciones. La oligarquía es mucho más que eso. Tal vez en ningún país del mundo actual el gobierno sea manejado por unos pocos privilegiados. La oligarquía no podría mantener su dominio con un grupo tan reducido, se ha hecho más participativa; ha ampliado sus horizontes; ha creado una vasta red que ha dividido a los países en grandes bloques: los que gobiernan, que velan por sus propios intereses, y los otros, las mayorías, que quedan al otro lado de la red. (El pueblo cree, equivocadamente, que del otro lado está el paraíso).
Pero veamos cómo funciona la oligarquía en Panamá. Repito, el país está dividido en grandes bloques: los que tienen el poder y los que no lo tienen. Los que tienen el poder son la oligarquía; los que no lo tienen, es la mayoría del pueblo. Pero ocurre que los de la oligarquía están divididos: unos quieren tener más poder que los otros. El pueblo no tiene nada que hacer en este lío. Todos los candidatos saldrán del seno de la oligarquía, y el pueblo se resignará a votar por ellos.
"¿Pero usted cree que Balbina Herrera es de la oligarquía? –me preguntó alguien en el café– Yo entendía que los oligarcas nacen en cuna de oro, y ella no". "Seguro que es oligarca –le contesté –. La oligarquía cambia constantemente. Muchos oligarcas de hoy fueron de origen humilde; y muchos de ayer, ya no lo son: perdieron el poder político y el poder económico. Balbina señaló (para que la respeten) que la apoyarán poderosos oligarcas… Es el mismo caso de los Torrijos y los Noriega, que no nacieron en cuna de oro, pero después fueron grandes oligarcas".
En el siglo pasado, los comunistas odiaban a la burguesía, pero querían ser burgueses. Hoy, los políticos pobres odian a los oligarcas, pero quieren ser oligarcas.
Entonces, ¿en Panamá siempre la oligarquía ha sido depredadora y voraz? No, la oligarquía le ha dado a la República sus mejores estadistas. Oligarcas fueron: Ricardo J. Alfaro, Harmodio Arias, Enrique Jiménez, Ernesto de la Guardia, Roberto F. Chiari y algunos otros. Al parecer los voraces y depredadores vinieron con la dictadura, y siguieron con otros de su misma especie.
¿ Y Porras? Porras fue enorme. Rompió con todos los esquemas políticos, sociales y económicos. Fue un gran servidor de la patria. Quizás el más grande estadista que ha tenido la República…
¿Y ahora no se puede producir, de entre la oligarquía, un gran estadista como aquellos? Ojalá, eso esperamos.
