Será porque pensamos que al otro lado del mundo está la China que a ssscualquier producto exótico, o que parece venir de muy lejos, le acomodamos el chino. Lo digo porque la fruta que conocemos como mamón chino (Nephelium lappaceum), no es exactamente originaria de China, sino de Malasia, aunque hoy en día se cultiva en diversos países de los trópicos húmedos.
Este año en Panamá la cosecha de esta agradable y atractiva fruta ha sido abundante. He visto mamón chino a partir de julio en el Mercado de Abastos y pareciera que va a durar hasta entrado noviembre.
Como otros productos agrícolas ( y no soy chiricano), el mamón chino que se consume en la capital viene de Chiriquí. Ya tiene ganado su lugar en la mesa de los capitalinos, pero hace unos 15 ó 20 años la situación era otra. Entiendo que entonces no era muy conocido, que tenía mayor precio y que provenía más bien de Costa Rica.
Se dice que el árbol de mamón chino crece con facilidad y bastante rápido (3-4 pies al año), tolerando diversos tipos de suelos siempre y cuando estén bien drenados. Se reportan árboles de 3 y 4 años dando fruta. En Malasia, el árbol suele producir dos veces al año, pero por acá solo da una vez, y la producción varía de año en año: árboles de ocho o más años pueden producir hasta 400 libras de fruta una temporada y solo 60 libras en la siguiente. La fruta, de color verde claro cuando no está madura, y de tonalidades entre amarillo a rojo cuando está lista, debe ser llevada pronto al mercado porque de lo contrario se estropea.
En Costa Rica la productividad ronda las 250 libras de fruta por hectárea y expertos aseguran que con injertos o acodos esta cifra puede hasta triplicarse. Dicen que en los mercados estadounidense y europeo se puede vender un kilogramo en ocho dólares. Costa Rica, que tiene sembradas al menos mil hectáreas de mamón chino, principalmente en la zona sur, ya exporta pequeñas cuotas a El Salvador, Guatemala y Honduras y pretende incursionar en el mercado norteño.
Bueno, quizás usted y yo no tengamos ni nos interesen acciones en el mercado de las frutas, pero es grato comprobar que esta, en particular, tiene años de tanta abundancia que ha quedado a un precio accesible para la mayoría en las calles de la ciudad.

