Otros habitantes 'Tyto alba': Utilísimo pero muy mal visto

Otros habitantes 'Tyto alba': Utilísimo pero muy mal visto
La “lechuza de los campanarios”, importante pero no siempre apreciada ave de la ciudad.

Tyto es palabra griega, nombre de una especie de búho; Alba es “blanco” en latín. Aunque usted no haya visto nunca a la “Lechuza de los campanarios”, esta ave habita en la ciudad de Panamá y en todas las ciudades del interior.

Búhos y lechuzas existen en todos los continentes, excepto la Antártica y algunas islas oceánicas del Pacífico. Los hay en desiertos calientes, entre la nieve, en los bosques y en sitios poblados. Para el país se reportan 14 especies de búhos y una lechuza (nuestro personaje de la semana: Tyto).

Por siglos han intrigado a los seres humanos. Es interesante que muchos de sus nombres científicos estén asociados con la mitología griega y romana. Y se les dedicó a la diosa Minerva, patrona del intelecto. En viejísimas monedas de Atenas del 2,500 AC el búho aparece como emblema de victoria, suerte y sabiduría.

Pero han corrido distinta suerte, según los juicios o prejuicios de los tiempos. Así como se les ha visto como símbolo respetable, las más de las veces se les ha considerado simple y llanamente aves dañinas y de mal agüero. Y por eso tantas veces se les persigue y desaloja de donde moran; y se les teme y mata sin pensarlo demasiado.

De las pocas veces que he tenido la oportunidad de ver un Tyto alba de cerca, dos eran animales o muertos o mal heridos por gente del lugar. La excusa, si la hubo, fue que se podían comer las gallinas, o algo así. Pero para biólogos que han estudiado su ciclo de vida, la lechuza de los campanarios es quizás, y sin exagerar, el ave más beneficiosa de todas las existentes.

La mayoría de los búhos y lechuzas se reproducen al año de edad, pero sus expectativas de vida son relativamente cortas. Hay reportes de búhos que viven hasta 20 años, pero son datos de animales en zoológicos. Gordon Dee Alcorn, ornitólogo que ha estudiado búhos por décadas, estima que en estado silvestre un búho viejo puede estar en los 9 o 10 años de edad como máximo.

Tengo un colega que vive cerca al Parque Urracá, en Bella Vista, y cada noche puede verlas sobre el Banco Exterior: como la iluminación del edificio alumbra hacia el cielo, se detectan las blancas aves cuando pasan volando. Estoy seguro, además, de que las hay en todos o casi todos los campanarios de las iglesias -en la torre de Panamá la Vieja con toda seguridad-, y en techos y áticos de casas antiguas y no tan antiguas.

Una sola de estas lechuzas puede comer en una noche, una vez y medio su propio peso en ratas o ratones. Claro que hay que tener en cuenta que esta cantidad es menos nutritiva para el ave de lo que pudiera parecer pues huesos, pelos y demás no contribuyen a sus necesidades de calorías. Búhos y lechuzas son carnívoras y comen los animales enteros, regurgitando luego lo que no digieren.

La contribución de Tyto alba a la disminución de alimañas en la ciudad es notable y por eso digo que aunque mal visto, el personaje es utilísimo. Y de la misma manera como creo que algo inteligente se debe hacer para controlar el aumento de talingos en la ciudad, insisto en que a Tyto alba se le debe conocer y proteger más.

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