Fauna y flora urbana
Por Jorge Ventocilla / Instituto Smithsonian Movimientos de las moléculas del ojo tocadas por la luz
Eso son los colores.
Y nosotros solo vemos el 30% de la luz. Los unicelulares
la entera luz solar. ¡Ven al mundo como es!
Ernesto Cardenal
Quién, que se haya acercado a la selva tropical, no se ha detenido ante el espectáculo de una mariposa Morpho volando? Existen cinco especies del género Morpho en Panamá, siendo M. peleides (arriba izquierda en la foto), M. anathonte (abajo derecha) y M. theseus las más comunes. La más común sin duda es M. peleides. Vuelan a lo largo de senderos en la selva, riachuelos, bordes de caminos y carreteras que cruzan áreas boscosas. Aunque vuelan también en áreas abiertas solo las veremos donde existan selvas relativamente cerca. Así, en la ciudad de Panamá las podemos ver en el Cerro Ancón, en el Parque Natural Metropolitano y en las áreas revertidas.
Las Morpho tienen senderos aéreos utilizados para buscar alimento y pareja. Si usted se queda esperando por dónde vio pasar una, es muy probable que al rato la mariposa vuelva a pasar. Cuando fui a consultarle sobre el tema, Annette Aiello -nuestra especialista en mariposas en el Smithsonian-, me dijo de frente: Debes aclarar que el azul de esta mariposa es estructural, no es un pigmento. Es decir, el color azul es resultado de un efecto de filtro de interferencia en las escamas de las alas de la mariposa, no es un pigmento químico propiamente. Como en todas las mariposas, las alas están recubiertas por minúsculas escamas superpuestas. En su parte ventral las alas de las Morpho son crípticas - se confunden con el medio -, de tonos marrones y con tres a cuatro ojos falsos en cada ala. Este patrón de coloración es el que vemos cuando la mariposa levanta o cierra las alas (ver foto). Pero por su parte dorsal las escamas son completamente transparentes: todo el espectro de la luz pasa a través de ellas, salvo el azul que rebota a nuestros ojos y hace que las alas luzcan azules.
Entonces, la belleza de la naturaleza panameña es real: es la que vemos. Pero también, como lo demuestra el caso de las mariposas Morpho, es la que no vemos.

