Cuando los españoles llegaron, el pixba se cultivaba desde la actual Bolivia hasta Honduras y de la desembocadura del Río Amazonas y las Guyanas hasta la costa del Pacífico. Se ha sugerido que fue una civilización chibcha de América del Sur la que introdujo la palma a América Central. A partir de semillas encontradas en Costa Rica, se presume que, en ese país al menos, se ha cultivado desde hace unos 2 mil 300 años.
La fruta tiene un buen contenido de carbohidratos y aceite, además de todos los aminoácidos necesarios (aunque en menor cantidad que el maíz amarillo). Es excelente fuente de proteína de alta calidad. Su contenido de caroteno y vitamina C es alto (si bien la vitamina C se pierde bastante al hervirse). Y es fuente de riboflavina, nicina y hierro. No es de extrañar entonces que allá por el mil 600 el cronista español Fray Adrián de Uffeldre, apuntase que en temporada de pixba a los indígenas americanos se les veía "gordos y lucios (brillantes)".
Para nuestros ancestros la palma tenía una serie de ventajas. Era fácil de cultivar en los sistemas agroforestales tradicionales, su fruta podía ser aprovechada de distintas maneras (además de un posible uso ceremonial), y la misma palma podía ser consumida (palmito) o utilizada en construcción. Encima, daba bien en suelos poco fértiles. Lástima que la mayoría de los colonos europeos no supieron apreciar el pixba y lo dejaron a un lado. Hoy en día se sigue aprovechando, pero su potencial real todavía es subutilizado. Se encuentra ahora hasta México (pero es interesante: no hay en El Salvador), algunas islas del Caribe, e incluso ha sido sembrada en otros continentes
Un informe del Instituto Internacional de Recursos Genéticos Botánicos (IPGRI), señala que son pocos los cultivos que producen la mayor parte del alimento que consumimos, pero la contribución de una serie de otros cultivos menores no debería pasar desapercibida. Muchos cultivos poco reconocidos en el ámbito global -como nuestro pixba- son importantes local o regionalmente, contribuyendo considerablemente a la alimentación en ciertas épocas del año (o de la historia), y siendo todavía importantes para una dieta nutritiva y bien balanceada.
Esta palma puede crecer en agrupaciones de varios troncos o de uno solo. Cilíndrico y espinoso, el tronco puede sobrepasar los 20 ms. de altura. La fruta es una drupa, usualmente de color anaranjado brillante, rojo o amarillo, y a veces con estrías (los preferidos: los amarillos rayados). El número de frutos por inflorescencia (o racimo) puede llegar a varios cientos y pesar bastante. Los racimos no maduran de una vez, sino que lo hacen por gajos. El pixba produce mejor en suelos bien drenados y por debajo de los 800 ms. de altura. Con buenas condiciones crece rápidamente y da frutos a los 3 ó 5 años; una planta puede mantenerse produciendo por 50 a 75 años. Usualmente hay dos producciones al año, y floración y tiempo de cosecha varían entre regiones, dependiendo del patrón local de lluvias y de la calidad de la tierra.
Fui al Mercado de Abastos de la ciudad a buscar un conocedor y me encontré a don Javier Serrano, quien desde los 9 años subió palmas de pixba allá en Chiriquí. Me dice don Javier que a la capital llegan pixba de Chiriquí y Bocas del Toro, y un poquito de Capira. En Chiriquí hay una cosecha "veranera" en enero y luego una segunda entre abril a junio (los pixba que estamos comiendo ahora). Después viene la cosecha única de Bocas, entre julio a mitad de septiembre. De fines de septiembre a diciembre, no hay pixba en el mercado.
Y atención que también se exporta: parte de la producción de Chiriquí es vendida en Costa Rica, y la empresa panameña "Conservas Chiguirí" ha iniciado su venta a otros países, comenzando por España.
No solo es importante en la ciudad; más importante aun es en el campo. Era, y sigue siendo, esencial en la dieta de los indígenas Ngobe. Tienen grandes plantaciones, y con el fruto que cae alimentan puercos, los cuales revenden. Esto se hace ante todo en Bocas del Toro. También hay indicaciones que lo almacenaban el fruto en silos o huecos en la tierra. En Darién los indígenas también lo consumen y hacen chicha fermentada de pixba. Recuerdo yo que estando con los Kunas de Cangandi, todo los días y todo el día se comía Nalup (o Ikosan, si se nombra de noche al pixba), en tiempo de abundancia. Igual experiencia tuvo más recientemente el colega botánico José Diago, mientras trabajaba en comunidades del Río Calobévora: "Hasta se da a los niños diluido en biberón".
Si usted pertenece al porcentaje de la humanidad con acceso al Internet y quiere más información sobre el pixba, le recomiendo visitar la pagina de la "Red Internacional de Pejibaye": http:/www.ucr.ac.cr/~pejibaye/. Si de todas maneras prefiere la información sensual a la virtual, ¡salga a caminar y saboree un delicioso y nutritivo Pixba!
