CIUDAD DE MEXICO, AP. Los bienes de María Félix, que se reveló no son tan cuantiosos como se pensaba, habrían sido dejados a un allegado a la diva cuyo nombre no se ha revelado, según un testamento en el que no figuran familiares suyos como beneficiarios, dijo a la prensa su albacea el pasado lunes, 15 de abril.
No puedo revelar el nombre (del allegado). Eso tardará por lo menos quince días, porque se tendrá que verificar que no haya otro testamento, pero entiendo que no hay familiares como beneficiarios, dijo el pasado lunes a la prensa el abogado y albacea de la actriz, Javier Mondragón.
El patrimonio de La Doña, que falleció la madrugada del 8 de abril en su cumpleaños 88 a consecuencia de un paro cardíaco, no ha sido calculado aún, aunque Mondragón dijo que no es tan cuantioso como se ha especulado.
El inventario completo de los bienes estará listo en por lo menos quince días, durante los cuales se verificará también que no existan deudas ni otros depósitos bancarios en el extranjero, agregó el albacea.
Tenía lo que cualquier persona de clase media alta, una casa en (la vecina población de) Cuernavaca y otra en esta capital; no he encontrado grandes cantidades de dinero. No es una herencia millonaria. No hay grandes fortunas y tampoco existe el interés de vender sus obras, dijo Mondragón.
En cuanto a las joyas, las que conocemos de la firma Cartier, la señora las revendió a la fundación de la misma compañía. De las otras se está solicitando el inventario, explicó el jurista.
Hasta ahora hemos encontrado una cuenta de cheques con un saldo de 48 mil pesos (5 mil 300 dólares), con la que María Félix pagaba sus gastos diarios, es la única que conocemos, agregó el letrado.
De acuerdo con Mondragón, la protagonista de El peñón de las ánimas habría dejado sus pertenencias a personas físicas y no a instituciones, como se insistió durante sus funerales, con la versión de que el pueblo de México sería el beneficiario.
El pueblo de México no tiene personalidad jurídica y en dado caso, al final, representaría al gobierno. Hasta donde sé, ella no tenía fe en las autoridades, explicó Mondragón.
