Mucho se habla de las ventajas o desventajas de las hidroeléctricas, y de las protestas de los grupos que se oponen a estos proyectos, pero "no hay peor ciego que el que no quiere ver", el problema energético está a la vuelta de la esquina y es mundial.
El Gobierno ha dado la alerta del posible racionamiento de energía y tomado algunas medidas y solicitando el ahorro a la empresa privada y a la ciudadanía. En La Prensa (24/2/08) el Ing. Víctor J. Fábrega V. analiza el tema bajo el título: "Las hidroeléctricas son prioritarias", en donde anota: "Pagamos cada día más por la energía que consumimos, no importa en qué forma. Eso es grave, pero aún más grave es la escasez de energía que se avecina".
Interesado en conocer un poco más sobre hidroeléctricas, transcribo alguna información editada sobre el tema: "Una central hidroeléctrica es aquella que se utiliza para la generación de energía eléctrica mediante el aprovechamiento de la energía potencial del agua embalsada en una presa situada a más alto nivel que la central. El agua se lleva por una tubería de descarga a la sala de máquinas de la central, donde mediante enormes turbinas hidráulicas se produce la generación de energía eléctrica en alternadores".
Las dos características principales de una hidroeléctrica son: la potencia, que es función del desnivel existente entre el nivel medio del embalse y el nivel medio de las aguas debajo de la central, y del caudal máximo turbinable, además de las características de la turbina y del generador; y la energía garantizada, en un lapso de tiempo determinado, generalmente un año, que está en función del volumen útil del embalse, y de la potencia instalada.
La potencia de una central puede variar desde unos pocos Mw (megavatios), hasta 10 Mw se consideran minicentrales. En Paraguay y Brasil está la central hidroeléctrica de Itaipú que tiene una potencia instalada de 14 mil Mw, en 20 turbinas de 700 Mw cada una.
Desde el punto de vista de su concepción arquitectónica, hay centrales al aire libre, al pie de la presa, o relativamente alejadas de esta, y conectadas por medio de una tubería en presión; centrales en caverna, conectadas al embalse por medio de túneles, tuberías en presión, o por la combinación de ambas; centrales a filo de agua, también denominadas centrales de agua fluyente o de pasada, utilizan parte del flujo de un río para generar energía eléctrica. Operan en forma continua porque no tienen capacidad para almacenar agua, no disponen de embalse por encima de las turbinas, por lo que la energía se produce al paso de una corriente. Estas son las minicentrales, que pueden ser colocadas en "fila", aprovechando el mismo paso de agua.
Los potenciales impactos ambientales de los proyectos hidroeléctricos son significativos. La construcción y operación de la represa y el embalse constituyen la fuente principal. Estos efectos ejercen impactos directos en los suelos, vegetación, fauna, clima y la población humana. Los efectos indirectos de la represa incluyen los que se asocian con la empleomanía durante la construcción, el mantenimiento y el funcionamiento de la represa y el desarrollo de las actividades agrícolas, industriales o municipales que posibilita la represa.
El beneficio obvio del proyecto es generación de electricidad que apoya el desarrollo económico y mejora la calidad de la vida en el área servida. Además, la energía hidroeléctrica proporciona una alternativa a la quema de los combustibles fósiles, o la energía nuclear.
Evidentemente, con los edificios de 40, 50 y más pisos que exigen un consumo de electricidad casi insaciable; además del crecimiento y demanda de la población, el sistema colapsará a menos que, como dice el ingeniero Fábrega: "es mejor que aseguremos nuestra energía y nuestro almacenamiento y suministro de agua dentro de nuestras propias fronteras". Por lo tanto hay que insistir en los proyectos hidroeléctricos, que son la solución más económica, nacional, que no se pierde ni se daña, y que con sus cuencas bien administradas, puede ser un recurso inagotable, no queda otra.
