Hablar de la ciudad de Colón es referirnos a un espectáculo dantesco, deprimente, tan feo que quienes lo visitan por primera vez se llevan opiniones muy negativas de la misma, hasta una película de Hollywood se filmó aquí simulando ser la capital de Haití, unos de los lugares más pobres del planeta.
No cabe duda de que lo feo de la ciudad es su infraestructura urbana, aguas servidas por doquier y viejos caserones a punto de derrumbarse. En la ciudad de Colón hay 300 casas en mal estado, de las cuales 200 podemos decir que están condenadas, que requieren una remodelación o construcción urgente. Con una densidad poblacional de 14,528 hab. /km2 llegamos a la conclusión de que la situación habitacional en el casco antiguo de la ciudad es grave. Y no solo las casas condenadas, hay otro gran número de viviendas cuyos propietarios no se preocupan por su mantenimiento y conservación.
El sistema de alcantarillados ya colapsó, este es un tema pendiente de solución por años, y lo que hay que hacer es construir uno nuevo, con plantas de tratamiento de aguas servidas para que no se sigan contaminando las bellas playas que rodean esta ciudad.
Los orates en las calles, enfermos mentales producto del alto consumo de drogas, los parques sin remozar son mudos testigos de lo fea que puede ser una ciudad cuando nadie se preocupa por ella. Lo malo de la ciudad lo encontramos en sus altos índices de delincuencia y homicidios, pandillas que amedrentan a sus ciudadanos. En la ciudad hay alrededor de 40 pandillas, cada una más sanguinaria que la otra. El propósito de las mismas es la lucha territorial y control del tráfico de drogas. Han crecido las estadísticas de asesinatos. Aunado a esto, existe una gran crisis moral, falta de ética, donde pareciera que los valores humanos no tienen sentido.
Ante tan preocupante escenario nos preguntamos: ¿Hay algo bueno en la ciudad de Colón? Mucha gente no lo sabe, pero la población de Colón representa el 7% de la población del país, pero equivale al 15% del PIB total de la república. En esta ciudad se encuentra la segunda zona franca más grande del mundo, los puertos más importantes del Caribe latinoamericano, la división del Atlántico de la Autoridad del Canal de Panamá, facilidades para el manejo de carga y un ferrocarril transístmico. Los índices de escolaridad están por encima de la media nacional. Y si algo nos enorgullece a los colonenses es nuestra participación en la construcción de la identidad nacional, así como nuestra participación en las luchas por las reivindicaciones sociales que se han librado en este país. Las autoridades elegidas para este quinquenio tienen un compromiso y una deuda con los colonenses, esperemos que no nos defrauden.
