La Asociación Americana del Cine se ha ganado la enemistad general ante la prohibición de los populares vídeos y DVD promocionales que se repartían entre periodistas, críticos y otros profesionales de la industria para ayudarles en su trabajo.
Las proyecciones previas de las películas, incluidas las galas de estreno, tienen los mismos problemas a la puerta que los aeropuertos estadounidenses, dados los controles, cacheos y detectores de metales dispuestos en aras de impedir la entrada de cualquier cámara a la sala.
Y una vez dentro, es bastante habitual contar con la presencia de guardas de seguridad mirando al público en lugar de a la pantalla, en muchos casos con dispositivos para ver en la oscuridad, a la espera de pillar al pirata con las manos en la grabadora.
Medidas todas ellas que parecen vanas teniendo en cuenta que el filme Elf estaba disponible en internet cuatro días antes de su estreno en los cines. También se podían ver copias de Bad Santa, Master and Commander y The Far Side of the World.
Kill Bill 1, Timeline, 21 Grams, The Missing y The Cat in the Hat son otras de las películas que se pueden encontrar en internet o en DVD piratas sin ningún problema.
Incluso la polémica cinta de Mel Gibson La pasión de Cristo, cuyo estreno está previsto para el próximo Miércoles de Ceniza (25 de febrero), fue vista de manera ilegal por miembros del periódico The New York Post que publicó una crítica sobre el filme hace dos semanas.
Según la Asociación Americana del Cine, en la actualidad existen unas 200 mil direcciones en internet dedicadas a la piratería, cifra que lejos de disminuir tras la declaración de guerra ha aumentado respecto a las 163 mil detectadas el pasado año.
La situación aún no ha alcanzado la misma gravedad que en el sector discográfico, donde las pérdidas por culpa de ventas ilegales llegaron este año a los 20 mil 100 millones de dólares, pero se propaga con rapidez.