La lectura, un hábito cognitivo que mejora las condiciones humanas y sociales de los lectores es una costumbre que debe ser cultivada desde que somos niños. Actualmente, es obvio que se ha estado perdiendo, en especial, entre los jóvenes. Hay factores desencadenantes como el entorno en el que los adolescentes se desenvuelven, el contexto familiar o las distracciones de la vida diaria que desvían su interés por la lectura. Es una pena que ello sea así: la lectura es uno de los mejores hábitos que una persona puede tener. Además de ser de gran ayuda para nuestro desarrollo académico ya que expande nuestro vocabulario, nuestros conocimientos sobre ciertos temas, incrementa nuestra facilidad para entender y analizar textos, mejora nuestra manera de comunicarnos, también facilita que aumentemos el entendimiento y progresemos en el aprendizaje de un idioma.
Su impacto puede ser mucho mayor. Emocionalmente, la lectura aporta en varios aspectos psicológicos de una persona. El simple hecho de leer un par de minutos mejora la memoria y beneficia significativamente la actividad cerebral. Leer reduce el estrés; retrasa el envejecimiento mental; combate el insomnio; nos proporciona un mejor descanso a la hora de dormir; y nos ayuda a expandir nuestra manera de ver el mundo.
Con la pandemia de la Covid-19, leer se ha convertido en uno de los pasatiempos más practicados durante la cuarentena. Los padres de familia deben aprovechar para alentar nuevamente a sus hijos a adoptar la lectura. Despierta su imaginación y su creatividad; cualidades necesarias que al leer mejoran de modo significativo el desarrollo cognitivo del niño. Pero no sólo la lectura es para los más pequeños, una gran cantidad de población adulta en la pandemia retomó el hábito de la lectura. Uno de los más notables beneficios es la disminución del estrés. La lectura favorece la relajación mental y, por ende, los niveles de estrés se reducen de manera significativa.
Con el transcurso del tiempo, en esta pandemia, la salud mental de un porcentaje importante de la población se vio afectada, producto del aislamiento, de situaciones económicas y, sobre todo, de la limitación de llevar a cabo actividades al aire libre que hizo que la mayoría de las personas tuviera una vida sedentaria. Los problemas más comunes que se experimentan son la ansiedad y la depresión. Y he aquí cuándo hace su entrada triunfal la lectura. Leer es excelente para reducir en gran medida los niveles de estrés y ansiedad.
La lectura coadyuva a ampliar diferentes puntos de vista y a tener nuevas perspectivas de vida. Nos permite abrir puertas a oportunidades y experiencias nuevas en nuestras vidas, en una vivencia personal entre el libro y el lector. Por eso, leer es una importante costumbre que se debe promover en todas las edades y durante toda la vida. Puede ser una puerta de salida de la realidad en la que estamos. Ahora, más que nunca, nos ayuda a mantener una vida plena.
Seamos agentes de cambio para promover una mejor sociedad pletórica del conocimiento que nos ofrece leer; que nos permita crecer como personas y que coadyuve a crear un entorno con más empatía y valores. Despertemos entre los más pequeños la curiosidad y las ganas de entrar a este mundo de la lectura: recobremos este crucial hábito para una vida plena.
La autora es miembro de Jóvenes Unidos por la Educación
