Panamá posee 39 humedales de los cuales 5 son de importancia internacional: el humedal Bahía de Panamá (Panamá), Golfo de Montijo (Veraguas), Punta Patiño (Darién), Damani Guariviara (Comarca Ngäbe Bugle) y San San Pond Sak (Bocas del Toro).
En Rio Caña, pequeña comunidad donde crecí, se sitúa el humedal Damani Guariviara, en la Comarca Ngäbe Bugle, Región Ñokribo. Desde pequeños, nos enseñaron a conservar y proteger los recursos naturales y a vivir en armonía con la flora y fauna que converge en esta pequeña comunidad, que con cariño llamo la tierra de la tortuga y del manatí. Su rica biodiversidad, me inspiró a escoger como carrera, la Biología.
Según el Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA), el planeta se enfrenta a tres crisis medioambientales, ligadas al cambio climático; a la pérdida de la biodiversidad y a la contaminación. ¿Que estamos haciendo como ciudadanos para frenar esta crisis? Recientemente, fui a uno de los humedales considerado sitios Ramsar de importancia internacional, la Bahía de Panamá. Es lamentable la cantidad de basura que existe por doquier. ¿Cómo es posible observar en un país turístico como Panamá todos los desechos a la orilla de las playas? Al visitar manglares ubicados en otros humedales es común ver a las garzas alimentándose en concierto con la naturaleza. Sin embargo, en los manglares de la Bahía de Panamá lo único que se observa repetidamente es la gran cantidad de botellas y desechos. Se me hizo un nudo en la garganta al ver con mis propios ojos aquella imagen. Por un lado, se observan hermosos rascacielos, carreteras y edificios en construcción. Al caminar unos 200 metros, observamos el daño que hemos ocasionado al medio ambiente al arrojar botellas plásticas, latas y otros desechos que están causando un daño irreversible al humedal Bahía de Panamá, hogar de muchas aves nativas y migratorias que lo visitan para alimentarse y a reproducirse.
Panamá es considerado el país más rico en la región: aún así, las autoridades gubernamentales no han creado un plan eficaz para detener la contaminación. Es crucial la educación ambiental: es trabajo de todos promover la conservación en las escuelas, las universidades y, desde nuestro entornos, ser promotores del cambio. Así podremos cambiar el “chip” de muchas personas, para que dejen de ser parte del problema y se conviertan en parte de la solución.
Progreso no es sinónimo de intervenir directamente y causar daños al ambiente. Progreso significa convivencia en armonía con la naturaleza y que los ciudadanos estén conscientes de la importancia de asegurar la supervivencia de las especies de flora y fauna. En los humedales de Panamá existen especies endémicas. Nuestro norte debe estar enfocado en proteger la biodiversidad.
No todo está perdido: estamos a tiempo para frenar la crisis ambiental en nuestro país. Sueño con un Panamá en donde los ciudadanos tengan como prioridad la conservación del ambiente; y que más jóvenes se involucren y sean agentes de cambio desde sus comunidades. Necesitamos más personas como los ciudadanos de Mata Oscura en Veraguas que fomentan el turismo sostenible, a través de la protección de las tortugas marinas. Urgen agentes de cambio como los ciudadanos de Río Caña en la Comarca Ngäbe Bugle, que protegen las tortugas baula y carey. Me enorgullece conocer que en el humedal San San Pond Sak en Bocas del Toro aún se pueden observar manatíes y monitorear tortugas. Es gratificante que existan fundaciones y ONGs que trabaja en pro de la madre naturaleza. Es impresionante ver a los niños y niñas involucrarse en temas de conservación. Son los semilleros y nuestro relevo generacional.
Insto a todos los panameños a que, como sociedad, reflexionemos que el país es de todos. Tomemos conciencia. Preguntémonos: ¿cómo es la nación que le queremos dejar a nuestros hijos e hijas? Quizás no podamos detener el cambio climático, pero nuestras pequeñas acciones harán grandes cambios: Debe ser un compromiso de todos trabajar por un mejor Panamá: cuidemos nuestros humedales desde Darién hasta Bocas del Toro.
El autor es estudiante de Biología, egresado del LLAC 1.0 y miembro de Jóvenes Unidos por la Educación
