Protágoras, uno de los principales sofistas que surgió durante los últimos años de la guerra fratricida entre espartanos y atenienses, mejor conocida como Peloponeso y la que se mantuvo por más de 30 años, dio origen a un fenómeno conocido como humanismo, centrado en los aspectos que integran la cultura (ética, política, retórica, el conocimiento, lenguaje, arte, educación, religión).
El pensamiento de Protágoras se basaba en la siguiente proposición, “nada puede conocerse con seguridad”, lo que conlleva a un relativismo ético y da pie al axioma: Homo mensura (el hombre es la medida de todas las cosas), lo que podemos entender como un juicio axiológico subjetivo, solo el hombre al conocer y entender las cosas, determina lo que son.
En nuestra sociedad se percibe un relajamiento axiológico muy similar a lo que se vivía en Grecia después de la guerra ya mencionada. Este relajamiento se puede enfocar en tres causas de carácter ético que ya planteaba Protágoras y de la cual podemos extrapolar lo siguiente: El crecimiento comercial hace que se contraste las leyes y costumbres vernáculas con las leyes y costumbres extranjeras. Así surge la crítica y relativismo del bien y lo verdadero en cuanto a los valores; escepticismo ante las instituciones religiosas establecidas, ya que no representan por sus incoherencias morales a la divinidad, promoviendo un ateísmo práctico, es decir vivir como si Dios no existiera, y la ley del más fuerte, la que se traduce como: “Lo que puede imponerse por la fuerza no tiene necesidad alguna de justificación”. Enmarcada en la corrupción y la violencia.
A partir de estas situaciones es necesario que en nuestro país surjan maestros de educación y virtud (sofistas) en todos los ámbitos de la sociedad (familia, comunidad, escuela, iglesia, etc.), que ayuden a reencontrar aquellas virtudes y valores universales que parece que hemos perdido y no charlatanes (politiqueros), que con discursos baratos y doble moral, atentan contra el principio de probidad de nuestra nación, llevándola con su actuar al caos que está empezando a reinar en todos los ámbitos de nuestro país.
Debemos tomar conciencia que para tener una sociedad sana, esta la deben construir hombres y mujeres de bien comprometidos con el futuro.