La encuesta de LatiNetwork Dichter & Neira que se publica en el suplemento "Pulso de la Nación", del diario La Prensa, cumple este mes 13 años. La idea provino de I. Roberto Eisenmann, Jr., en ese entonces presidente fundador del diario. En una ocasión, él afirmó: "Cuando se iniciaron los trabajos de formación de La Prensa, en 1979, estaba incluido el uso de encuestas científicas de opinión pública". Debieron transcurrir 11 años y el establecimiento de un sistema democrático para que, por primera vez en septiembre de 1990, los lectores pudieran beneficiarse de la primera encuesta. De antemano tanto el diario como nuestra firma éramos conscientes de los riesgos y controversias implícitas. También de los beneficios y la responsabilidad de crear y mantener un sistema independiente de encuestas.
Las críticas iniciales fueron dirigidas contra el periódico. Bobby fue el principal blanco. Algunos pensaron en ese entonces que intentaba ser candidato a presidente de la República. El plan era sencillo. La encuesta, según esas premisas, lo pondría a él a escalar posiciones hasta estar de primero. El resto sería cosa fácil. Otros más suspicaces pensaron que la encuesta reflejaría la opinión del presidente de La Prensa. En múltiples ocasiones escribió artículos, aún en la jefatura de La Prensa, en favor del retiro de Panamá de las bases militares estadounidenses. Por otro lado, la encuesta una, otra vez, y una vez más mostraba todo lo contrario. La postura de Bobby nunca fue popular. Aproximadamente el 70% de los panameños, según las encuestas, deseaba que las bases y los estadounidenses se quedaran. Testimonio: el diario ha mostrado gallardía en todo momento al publicar sin la menor vacilación resultados contrarios a su línea editorial. A través del tiempo, los lectores también lo han atestiguado. El lector se ha percatado y sabe que la línea editorial del diario necesariamente no debe coincidir con la opinión popular. En ello radica la gran credibilidad de nuestra encuesta: en su absoluta independencia, de la que se hace eco el propio diario.
Alejado Bobby de la presidencia del diario, las críticas más fuertes son para la firma encuestadora. En estos espacios se ha vertido más tinta crítica que en ningún otro medio de comunicación. Esto es saludable y merece nuestro aplauso por la postura del diario. Pero no siempre las cosas fueron así. Al principio salíamos a defender la encuesta. Concurrimos a la televisión y a la radio en múltiples ocasiones a ofrecer explicaciones.
El tiempo es sabio. Da perspectiva a los acontecimientos. La experiencia indica mejores caminos y madura las posturas. Admito que hoy no presto tanta atención como entonces a los comentarios post encuestas. He entendido que su trayectoria en relación con las elecciones de 1994 y 1999 y en el referendo de 1998 es su mejor defensa. Confieso, además, que en ocasiones el sentir popular no es de mi agrado personal. Cuando mi primer impulso es desenvainar la pluma, entonces la mesura me rescata. Envaino la pluma. Guardo mis comentarios. En efecto, el mensajero no está para juzgar los mensajes populares. Tampoco para salir a defenderlos. Su misión última es presentarlos como los recibe.
Ante esos estímulos, mi vista recorre el primer ejemplar del "Pulso de la Nación". Releo un artículo académico que allí publiqué. Cierro diciendo: "Hago votos porque (la encuesta) se incorpore a nuestra vida cotidiana". Así ha sido. ¡Qué satisfacción! Otras firmas encuestadoras han seguido nuestros pasos y hoy se publican investigaciones de esta naturaleza en los diarios Crítica, El Panamá América, El Siglo y La Estrella de Panamá. ¡Qué alegría que haya otros mensajeros!