Los mitos y los puntos ciegos son aspectos que nos nublan la visión y nos hacen tomar direcciones equivocadas en la vida. Los mitos crean creencias que se toman como verdades, aunque realmente no lo sean y los puntos ciegos nos impiden aceptar la realidad porque no estamos acostumbrados al cambio.
En ambos casos, el resultado es el mismo: un impacto negativo en nuestro desarrollo. La misma idea se puede transferir a los países cuando la visión de un Estado no está en línea con los cambios en su entorno global y se mueven hacia un estado fallido. Para evitar caer en esos errores, es preciso describir brevemente los siete mitos o puntos ciegos que observamos en Panamá, que nos pueden mantener rezagados, porque creemos que:
1. La posición geográfica de Panamá mantendrá al país competitivo. Hoy día, los países han reducido las barreras comerciales impuestas por los accidentes geográficos a través de la conectividad que ofrecen las carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos, entre otros, y los avances en transporte y logística están también reduciendo la importancia de la geografía como factor competitivo. Los panameños no debemos creer que la posición geográfica de Panamá va a ser siempre un factor competitivo.
2. Podemos extraer más aportes del Canal sin apoyar la estrategia de diversificación. Los ingresos del Canal se han optimizado con peajes competitivos y sus aportes están en consonancia con su capacidad de generación de ingresos. El querer aumentar estos aportes de manera desmesurada y utilizarlos para resolver asuntos de la seguridad social, sería equivalente a comenzar a transformar el Canal en un Pdvsa o un Pemex. Si se quiere aumentar los ingresos del Canal se debe apoyar la estrategia de diversificación de sus negocios.
3. Los problemas sociales en Panamá se van a mejorar con crecimiento económico, sin que sea necesario reforzar los valores ni mejorar la institucionalidad. Esta premisa es la que nos impulsa a mantener el statu quo sin ver la consecuencia. Crecimiento económico no es desarrollo económico y hay que saber balancear ambos. Un crecimiento económico rápido, impulsado por la búsqueda del interés personal y sin poseer buenos valores como nación, aunados a instituciones débiles, conduce al fracaso.
La prosperidad de un país no solo atrae las inversiones buenas sino que atrae grupos asociados al crimen que se benefician cuando no hay leyes. La honestidad y confianza en la sociedad va más allá de ser un tema moral y ético y puede considerarse como insumos económicos, lo que indica que sociedades con altas dosis de ambas reflejan costos económicos más atractivos y se mantienen competitivas. Si Panamá no promueve valores de país ni mejora su institucionalidad, su capacidad de crecimiento y desarrollo económico sostenible y, con equidad, estará en riesgo.
4. La democracia nos ayudará a salir adelante por inercia sin la necesidad de fortalecerla. Todos hemos visto las evidencias de situaciones de corrupción en diversos períodos gubernamentales. Cada cierto tiempo emergen nuevos actores en el ámbito público con ambiciones personales, cuyas acciones limitan el desarrollo del país. La manipulación de las leyes reduce la credibilidad en el sistema y ello causa una pérdida de confianza en los mercados y de la democracia.
La gobernabilidad democrática debe llevarnos a elegir personas que sean cumplidoras de las leyes, rindan cuentas en la función pública, como en la actividad privada y con un sistema de justicia que, de la misma forma, cuente con servidores íntegros y sin tacha alguna.
Urge fortalecer el Órgano Judicial promoviendo a los magistrados y jueces correctos y de trayectoria que sean capaces de garantizar la certeza del castigo, recuperar la confianza en el Estado y que demuestren con sus decisiones, el cumplimiento de las leyes. De allí la importancia de los grupos de la sociedad civil que luchan contra la corrupción entre otras cosas.
5. La inmigración nos va a quitar empleos a los nacionales. A lo largo de la historia se ha comprobado que los países mejoran su capital humano gracias al manejo estratégico del fenómeno de inmigración. El capital humano no es solo educación, son los valores, actitudes y cultura de las personas y esto se enriquece con la inmigración.
El éxito demostrado por los inmigrantes en distintas áreas en Panamá indica que existen las oportunidades para surgir, pero que no son aprovechadas por el capital humano panameño. Un ejemplo concreto son los extranjeros que nos están enseñando la cultura de atención al cliente, que hace tanta falta en el país. Un manejo estratégico de la inmigración nos enriquecería en vez de limitarnos.
6. Podemos seguir creciendo económicamente solo aumentando la escala de las acciones. La inversión extranjera, el turismo y el comercio, apoyaron el crecimiento económico en los últimos años y, para mantenerlo, debemos alimentarlos constantemente con nuevas leyes de inversión, promoción de marca país y con reducciones en las barreras al comercio, no solo en escala sino en forma y fondo: con estrategias a largo plazo.
7. El sector marítimo y logístico de Panamá está creciendo y no hace falta priorizarlo, ni asignarle recursos. El dólar invertido en el sector logístico y marítimo de Panamá se puede multiplicar mucho más rápido en retorno, que el dólar invertido en cualquier otra área o sector. La idea no es abandonar lo demás, sino fortalecer aún más en lo que somos buenos, produciendo réditos mayores y, en menor plazo, para que estos puedan utilizarse en dar respuesta a nuestras necesidades sociales.
Estos son algunos de los mitos que se pueden percibir en el país. Identificándolos podemos evaluar lo que pensamos y mejorar la visión de nuestras decisiones de país, con políticas de Estado diseñadas para el largo plazo. Lo que antes era una ventaja competitiva hoy no lo es tanto. Debemos quitarnos el velo para poder avanzar en el siglo XXI.

