SAN SEBASTIAN, España. Lantana, única película australiana en la sección oficial del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, mostró la buena forma de la industria cinematográfica de este país con una excelente historia sobre la desintegración de cuatro matrimonios y el intento de sus integrantes por salvarlos.
Lantana es una película que trata de la confianza y de la dificultad en las relaciones, afirmó el pasado viernes la productora del filme, Jan Chapman, en una rueda de prensa conjunta con el director Ray Lawrence.
Todos somos islas independientes. Puedes estar conviviendo 20 años con una persona y todavía no sabes si la conoces realmente, añadió Chapman.
El filme parte de la desaparición de una mujer, una conocida psiquiatra interpretada por Barbara Hershey, para contar una serie de historias de matrimonios que se van destruyendo por la desorientación que sienten algunos de sus miembros respecto a sus sentimientos hacia su pareja.
No obstante, los personajes lo intentarán todo para rescatar sus vidas conyugales, a pesar de que algunos no lo conseguirán o lo harán con pérdidas, como la de la confianza, imposible de recuperar tras la confesión de una infidelidad.
A veces, el amor no es suficiente, le dice John, un abogado intepretado por el actor Geoffrey Rush, al detective encarnado por Anthony LaPaglia, que está encargado de buscar a su esposa desaparecida y que también mantiene una aventura con otra mujer.
El filme quiere hacer ver que el amor es lo único que tenemos, pero a veces no es suficiente. Es el núcleo de una relación, pero hay otros elementos a los lados, afirmó Lawrence.
La película, que cosechó abundantes aplausos tras su proyección el pasado viernes en el Palacio del Kursaal de San Sebastián, está basada en una obra de teatro de Andrew Bovell, quien también se encargó del guión de la película.
Lantana, firme candidata a la Concha de Oro, máximo galardón del festival, es una muestra más de la última corriente de películas corales en las que se mezclan una multitud de historias entrecruzadas y de la que el certamen exhibió una muestra más el pasado jueves con The Safety of Objects, de la norteamericana Rose Troche.
Cuando tienes muchas historias que contar en una sola película parece que ésa es la forma de hacerlo, afirmó el director de la película, al defender la estructura de su obra.
Lantana, un título metafórico con el nombre de una flor cuyo tallo tiene espinas, supone la vuelta al largometraje de Lawrence tras los más de quince años transcurridos desde su aclamada Bliss, con la colaboración de un excelente plantel de actores a los que elogió en todo momento.
A cada actor se le ofrecía dos papeles para que eligieran. Así, sentían un vínculo con el personaje, afirmó Chapman.
Gran parte del éxito de la película se debe a los personajes, según Lawrence, para quien el filme tiene mucho realismo, debido a la honestidad de los actores.
La película es también una muestra más de la pujanza que en los últimos años está demostrando la cinematografía australiana, cuyo secreto reside, según el cineasta, en que estamos empezando a confiar en nuestra voz.
Hay diferencias intangibles, culturales, que todos tenemos y que es lo que está permitiendo la creación de cine australiano, añadió.
Lawrence tendrá que esperar hasta el próximo día 29 para comprobar si esta fuerza de la cinematografía australiana se plasma en el galardón de la Concha de Oro a su película.
