“Luego de su nacionalización, ¿ya se sabe usted el Himno Nacional?”, le pregunté a la madre de un pacientito en mi clínica.
“Sí -me dijo-. Solo que no sé por qué, después de 500 años, ustedes hablan todavía de un ´mundo feraz de Colón”.
Con esta frase de despedida me quedé pensando, después de décadas oyendo y cantando el himno con tanto fervor patriótico, que nosotros los panameños en realidad no sabemos qué decimos cuando cantamos y mucho menos sabemos lo que pasa en nuestro entorno. Nuestro país vive cambios que la gente aplaude sin saber qué traen de fondo y al mismo tiempo bloquea, activa o pasivamente, proyectos que podrían ser de mucho beneficio, solo por haber oído una opinión ajena.
Decidí hacer una encuesta entre todos los que se me acercaban hasta completar 100 entrevistados: adolescentes, médicos, abogados, ingenieros, universitarios, trabajadores no calificados... A todos les informaba que no era una encuesta para exponer a nadie y que, por cierto el primero de todos en ser cuestionado fui yo (con poco éxito). Las contestaciones fueron de lo más divertidas e improvisadas: “¿Feraz? Debe ser feroz, bravo, peleón, no sé...” eran las respuestas más comunes. Uno, poseedor de mucha cultura, para evadir su respuesta preguntó: ¿quién fue Colón?
Me di cuenta de que me había convertido en un “gran sabelotodo” sin intención de serlo. Nadie en todo este período supo contestar correctamente. Los más traviesos entraban disimuladamente en su teléfono inteligente para buscar la información. Mi consuelo fue la milenaria frase de Paracelso: “de la ignorancia y lo desconocido se engendra el saber”...
Existe la esperanza de que podemos comenzar a reeducar y a interesar a nuestra juventud a reconocer que no se puede hablar y repetir cosas mecánicamente sin comprender su significado. No podemos dejar que nuestro pueblo ilustrado desconozca el perfil de quienes nos educan, nos gobiernan, nos medican o defienden, si por otro lado se sabe la alineación completa y ficha técnica del Barça o del Real Madrid.
Es necesario que en los hogares se le enseñe a los niños el porqué de las cosas legales e ilegales para que crezcan con conocimiento de causa y sean responsables por convicción y no por obligación. Solo así, y no por el aumento del producto nacional bruto, seremos algún día un país primermundista.
Ah... al respecto de la palabra en cuestión, el significado lo podrá encontrar utilizando su fértil imaginación.
