Las amigdalectomías no son únicamente para la población infantil, concluye un nuevo estudio.
Investigadores en el Brigham and Women's Hospital de Boston hallaron que la amigdalectomía pude ser un tratamiento efectivo para adultos con amigdalitis crónica.
La condición es relativamente común en adultos, dice Neil Bhattacharyya, autor principal del estudio, en el actual número de Annals of Otology, Rhinology and Laryngology.
Bhattacharyya, profesor asistente de otorrinolaringología en la Escuela de Medicina de Harvard, dice que examina a dos o tres pacientes adultos por semana, quienes sufren de repetidas infecciones de las amígdalas.
Las amigdalectomías rutinarias para niños cayeron a finales de los 80, dice. Para la edad de 6 ú 8 años, dice Bhattacharyya, las amígdalas se encogen y ya no se producen amigdalitis.
Hoy en día, dice, la principal razón por la que los niños son sometidos a amigdalectomías es para corregir problemas de respiración, los cuales interrumpen su sueño.
Dado que las amigdalectomías han quedado fuera de moda en niños, dice Bhattacharyya, algunos doctores están renuentes a sugerir que sus pacientes adultos sean despojados de sus amígdalas.
Una amigdalectomía es un procedimiento doloroso, reconoce. Por lo general, le digo a mis pacientes que es una semana de sufrimiento.
Bhattacharyya y la enfermera practicante Lynn Kepnes sondearon a 293 adultos quienes habían sido sometidos a amigdalectomías por amigdalitis crónica. Recibieron respuestas de 83.
Antes de que sus amígdalas fueran removidas, dijeron los pacientes, en promedio perdieron nueve días de trabajo, tuvieron seis citas con el médico y pasaron seis semanas y media con antibióticos cada año.
Esas cifras cayeron a cerca de cero después.
Considerando el impacto económico total de las amigdalitis, las amigdalectomías a 2,500 dólares cada una se pagaron por si mismas en aproximadamente 2 años y cuatro meses, concluyeron los autores.
Pero el otorrinolaringólogo Richard Rosenfeld de SUNY Downstate en Brooklyn hace notar que los sujetos de la investigación podrían haber mejorado sin necesidad de cirugía. Al estudio le faltó un grupo comparativo de pacientes de amigdalitis tratados con antibióticos, dice.
Luis Tollinche, de 28 años, dice que está convencido de los hallazgos del estudio.
Durante cinco años, Tollinche sufrió cuatro ataques de amigdalitis al año, que eran causa de que perdiera tres o cuatro días de trabajo o clases cada vez. Ahora, un residente de tercer año en anestesiología en Brigham, Tollinche se sometió al bisturí de Bhattacharrya en abril.
Le dolió, y la recuperación se llevó nueve días.
Aún así, dice Tollinche, desearía haberlo hecho más temprano.
