Desde el inicio de mi vida pública acaricio la idea de ver construido, en Chitré, un palacio o centro gubernamental que albergue todas las dependencias del gobierno municipal, a tono con la categoría que representa la ciudad de Chitré, que dicho sea de paso es la única cabecera de provincia del país que no cuenta con un edificio propio y moderno que reúna las dependencias municipales.
Cuando fui concejal del distrito, entre 1960 y 1964, tomé como bandera de lucha esa necesidad y anhelo de los chitreanos. En ese entonces los concejales Clemente Castañeda (q.e.p.d.), Domitilo Vergara (q.e.p.d.), Darío Cedeño y este servidor, en una clara demostración de respeto y agradecimiento con el pueblo que nos eligió y retando las presiones de los malos políticos, nos propusimos llevar adelante tal obra consiguiendo por conducto de la Asamblea Legislativa la creación de una ley de la república autorizando al Municipio de Chitré a gestionar un préstamo económico con el Banco Nacional para la construcción del palacio municipal.
La idea era ubicar en su planta baja todas las oficinas municipales y utilizar la planta alta para las oficinas del Estado, que estaban dispersas en diferentes edificios particulares, con el propósito de que los alquileres sirvieran para amortizar la deuda con el banco.
Conseguimos, con el Ministerio de Obras Públicas, la confección de los planos. Por decreto municipal se designó el área de la piscina pública para construir el edificio. La maqueta de dicho proyecto fue exhibida en sitios públicos. Sin embargo, la presión de los intereses sociopolíticos y económicos, aquellos que mandaban el destino de los pueblos, fueron los mayores obstáculos para el avance de tan importante obra, por el solo hecho de que sus gestores éramos personas humildes de la sociedad. Así quedó Chitré a la espera de una obra de tanta necesidad para su progreso y desarrollo.
Hoy en Chitré ha nacido nuevamente un comité apolítico con las mismas intenciones de trabajar, hombro a hombro, con ciertos estamentos cívicos de la sociedad en pro del palacio municipal y otras grandes obras para el pueblo. Pero parece que dicho comité “promotor del progreso del distrito de Chitré”, en conjunto con otros sectores cívicos, correrá el mismo destino, porque se observa la intención de algunas autoridades en contubernio con algunos empresarios de ubicar los despachos municipales en lugares cuyas estructuras no están a tono y no cubren las ventajas y los requisitos que exigen, tanto los usuarios como los despachos municipales y del gobierno central. Teniendo el Municipio de Chitré propiedades con características propias y dignas para un buen palacio municipal sería un garrafal error y un exabrupto, pretender ubicar esos despachos en sitios no adecuados por un capricho o por conveniencias.
El autor es empresario
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