Si las predicciones de las encuestas se cumplen, Honduras, uno de los cuatro países más pobres de América Latina -junto con Haití, Nicaragua y Bolivia- tendrá mañana, domingo, un nuevo presidente: Ricardo Maduro, un economista de 55 años, ansioso de sacar a los hondureños de su prolongada pobreza.
Maduro, del Partido Nacional (PN), figura como favorito para ganar los comicios presidenciales de Honduras, según la última encuesta de la firma costarricense Cid-Gallup, que lo coloca 10 puntos (45%-35%) por encima de su más cercano rival, Rafael Pineda, quien encabeza la nómina del gobernante Partido Liberal (PL).
La pobreza que sacude al 80% de los 6.3 millones de hondureños, y la delincuencia, son los principales retos que deberá afrontar el gobierno que reemplace a la administración del liberal Carlos Flores.
De ganar la presidencia, Maduro recibirá un país postrado económicamente, con una deuda externa de más de 4 mil 200 millones de dólares, un desempleo superior al 35% y las secuelas del devastador paso del huracán Mitch, hace tres años. Las huellas de Mitch quedaron marcadas: 5 mil 657 muertos, 8 mil 58 desaparecidos, 1.3 millones de damnificados y pérdidas por 5 mil millones de dólares.
Pero los seguidores del candidato opositor cifran sus esperanzas en que la experiencia empresarial de Maduro y su preparación como economista diplomado en la Universidad de Stanford, California, saque al país del hoyo donde se encuentra.
Sus esperanzas no son meras ilusiones. Desde mediados de la década del setenta, Maduro, quien nació en Panamá y ostenta la doble nacionalidad, ha impulsado la creación de varias empresas en el área de la actividad económica en Honduras, entre ellas granjas marinas, importación de electrodomésticos y equipos industriales, vehículos, supermercados, centros comerciales, hoteles y sociedades financieras y entidades bancarias.
Sus orígenes panameños provienen de la familia Maduro.
Hijo del panameño Osmond Maduro Cardoze y la hondureña María Joest Midence, enfrentó en su país fuertes maniobras políticas de sus adversarios, que cuestionaban su nacionalidad hondureña.
Tras una crisis de 16 meses, Maduro logró proclamar su candidatura después de la interpretación que hizo el Congreso de la Constitución: el candidato del opositor PN es hondureño de nacimiento por derecho de sangre.
Acá, en Panamá, sus familiares y amigos esperan que esta larga lucha política concluya con la victoria electoral.
Carlos Clement, ex presidente del Partido Solidaridad, amigo y pariente político de Ricardo Maduro, le conoce hace un poco más de 30 años.
Los dos tienen en común su afición por el golf.
Pero su amistad traspasa esa afición. La esposa de Clement, Dennis Cardoze de Clement, es pariente del candidato a presidente por la línea de su padre, William Cardoze Toledano, quien falleció hace años. Ricardo, anota Clement, es pariente de toda la gama de la familia Cardoze y Maduro en Panamá. Asimismo está muy relacionado, familiarmente, con los hermanos Motta.
Su cercanía con el candidato presidencial hondureño le permite, a su juicio, describirlo como un hombre visionario, que se caracteriza por su honradez y sensibilidad social. Es, agregó, un relevo generacional de gente joven para estos países nuestros.

