Con el advenimiento del año 2005 ha de cumplirse la meta del proyecto que en materia educativa impulsó el MEDUC, denominado "Estrategia decenal de modernización de la educación panameña 1997-2006".
Ello implicaba, según lo previsto, la reestructuración y por ende la modernización integral del sistema educativo, con miras a hacerlo más funcional basado en la transformación curricular que incluiría el diseño de nuevos planes y programas de estudio.
A la fecha, y luego de casi 10 años transcurridos desde su implementación, el sistema educativo oficial ha sufrido tres diseños curriculares diferentes: uno que concluyó en 1998, el siguiente, establecido por el gobierno de Pérez Balladares en 1999, y el que recientemente se gestó en la administración Moscoso, que promovería renovados programas curriculares a partir de 2001.
Consecuente y paralelamente, los gremios docentes divulgarían un nuevo modelo educativo basado en la Ley 34 que transformaría los fundamentos de la legendaria Ley 47, Orgánica de Educación.
Esta serie de situaciones encontradas refleja al 2004 dos indicadores: que los cambios han dado resultado o que continuamos inmersos en una aguda crisis educativa.
En este último sentido, y si tuviésemos que señalar la crisis dentro del aparato educativo, la encontraríamos específica y acentuadamente en la formación de bachilleres en carreras técnicas, por razones que conceptúo resultan fundamentalmente de orden presupuestario, por un lado pedagógico y por otro también administrativo-escolar, lo que lesiona la equidad y calidad del sistema, punta de lanza de la propuesta decenal.
En tal sentido, señalo algunos aspectos a la vez que hago recomendaciones que puedan apoyar la gestión educativa en las escuelas técnicas y profesionales del país. Veamos:
En lo presupuestario: 1. Se requiere de una adecuada y oportuna dotación de implementos (materiales, equipos, repuestos, etc.) que procuren la continuidad que debe tener el proceso educativo. 2. Debe prevalecer la equidad en la ejecución de los planes y programas, pues de lo contrario no se obtendrían similares y óptimos resultados, por ejemplo el recóndito IPT de las Palmas, Darién, como se lograrían en el IPT de Veraguas. 3. Subsanar las deficiencias en las infraestructuras escolares (talleres, depósitos, etc.) para que se ajusten a los requerimientos establecidos en el programa de modernización educativa.
En lo administrativo-escolar: 1. Debe determinarse eficiente y razonablemente, de acuerdo con lo que dispone la ley, la idoneidad y capacidad académica del personal docente del área técnica para su correcta ubicación dentro de los niveles de la enseñanza al momento de estructurarse las organizaciones escolares en dichos centros. 2. Llevar un registro ordenado y acucioso de los haberes (bienes, materiales y equipos) con se labora en estos centros escolares, que evite el despilfarro y promueva la operatividad adecuada de las herramientas por parte del educando. 3. Coordinar con otras instituciones estatales y empresas particulares para la atención y mantenimiento de los equipos, de manera que coadyuven al conocimiento y aprendizaje del estudiante que consecuentemente lo conduzca al desarrollo del saber hacer (investigando, manipulando y comunicando los procesos tecnológicos). 4. Habilitar un área del plantel para el establecimiento de una enfermería equipada y con personal paramédico que atienda oportunamente los casos de laceraciones o heridas que puedan sufrir estudiantes o docentes en el ejercicio de sus labores (prácticas) en los talleres o laboratorios.
En lo pedagógico: 1. Promover y llevar a efecto cursos intensivos y continuos teórico-prácticos –y no esos repetitivos seminarios y cursillos– dirigidos a docentes de cada especialidad, que propicien el enriquecimiento de sus conocimientos en cuanto a lo moderno y avanzado del globalizado mudo tecnológico de hoy.
Por otra parte, es importante, ponderar la inclusión –dentro del pensum de estudios de los bachilleratos en área técnica e industrial– de manera humanística como geografía e historia de Panamá, cívica III, y ética y valores, fundamentales para el conocimiento de los valores ciudadanos y patrióticos en los estudiantes, ingredientes necesarios para su mejor formación profesional.
En consecuencia, creo que para el 2005 se requerirá hacer un análisis y evaluación de los resultados obtenidos a la fecha sobre el llamado plan decimal en los colegios piloto, que pueda conllevar a una optimización en la ejecución de los planes y programas dentro de los niveles de enseñanza media técnica e industrial.
En conclusión, opino que mientras, por una parte no se solucionen las necesidades educativas más apremiantes mediante una inversión de capital apropiada, y por otra parte no haya una toma de conciencia sobre esta nueva realidad por parte del docente del área, del dicente y de la parte directiva, el proyecto decenal por la educación habrá naufragado.
