¿Quiénes son las clases medias?



Muchas de las medidas que ha implementado el gobierno para enfrentar la pandemia se han enfocado en atender las necesidades de personas en situación de alta vulnerabilidad. Este apoyo va más allá de bonos y bolsas de comida e incluye el compromiso a mantener el sistema de protección social que en los últimos 18 años se ha venido reforzando y que hoy suma por lo menos mil 600 millones de dólares al año. Sin este sistema, Panamá hubiese experimentado altos niveles de conflicto social en todo el país pocos días después del inicio de la cuarentena. Por otra parte, como sociedad intuimos que hay un grupo de personas que estaría en la condición de resistir a corto y mediano plazo los embates de la pandemia movilizando sus inversiones financieras y productivas, y utilizando las utilidades de sus negocios.

En el medio de estos dos grupos, existen personas que comúnmente describimos como pertenecientes a la clase media. Las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales han venido llamando la atención durante las últimas semanas sobre cómo las necesidades de este grupo no están siendo atendidas por el gobierno. Estas advertencias tienden a usar el término clase media para referirse a necesidades tan heterogéneas como las de los trabajadores profesionales, trabajadores informales, asalariados, ahorristas, prestatarios, inversores, dueños de pequeños y medianos negocios, directores de empresas y padres de familia de escuelas privadas. Este uso ambiguo del concepto no es algo nuevo. Está presente, por ejemplo, en arengas políticas de campaña electoral, en la que la aspiración a una mejor situación económica o social tiende a clasificarse como el sueño de las clases medias. Esta ambigüedad hace que el término sea efectivo como herramienta de comunicación, al hacernos sentir que nuestras necesidades serán atendidas. Sin embargo, para formular políticas públicas justas y efectivas, las definiciones de los grupos y sus necesidades deben ser específicas y medibles.

Entre las muchas definiciones existentes, la OCDE clasifica como parte de la clase media a hogares que reciben entre 75% y 200% de la mediana de ingresos del país. Aplicando esta definición a la Encuesta de Propósitos Múltiples de agosto 2018 del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, los hogares en Panamá que reciben entre $624 y $1,664 al mes en ingresos de trabajo y otras fuentes serían parte de este grupo. La clase media representa el 37% de los hogares del país, con el grupo con mayores ingresos representando un 24%. Según esta definición, las clases medias no están constituidas principalmente por profesionales universitarios. Solo el 34% de los adultos de estos hogares tienen estudios universitarios, comparado con un 73.3% de los hogares con mayores ingresos. En realidad, la clase media estaría más vinculada a las dinámicas del trabajo informal. El 45% de los miembros de este grupo reportaron no contar con la protección de la Caja del Seguro Social, comparado con solo un 29% de las personas en los hogares de más altos ingresos en el país.

Estas estadísticas indican que el grupo con más altos ingresos, y no la clase media, tendría mejor acceso al mercado formal de ahorros y préstamos, y es el que más probablemente se vería afectado por las decisiones que los bancos han tomado sobre préstamos e intereses. En efecto, según la misma encuesta, el 48% de los hogares de clase media tienen deudas, comparados con un 75% del grupo con más ingresos en el país. Es también probable que esta clase media no es la que esté pidiendo los muy necesarios cambios a las plataformas virtuales de las escuelas privadas, si tomamos en cuenta que solo entre un 15 al 17% de los estudiantes asisten a este tipo de escuelas, según cifras del Ministerio de Educación.

El término clase media es altamente maleable y requiere de un tratamiento sofisticado por medio de un marco teórico y manejo de evidencia precisa. Pero con tan solo utilizar una definición tan simple como la que nos brinda la OCDE y con datos de la encuesta más integral que se realiza en Panamá podemos comenzar a entender que lejos de preocupaciones sobre deudas y educación privada, la clase media enfrenta una vulnerabilidad económica y de protección social significativa. Al mismo tiempo, estas estadísticas nos hacen reconsiderar nuestras intuiciones sobre quiénes son las personas con mayores ingresos en el país. Al entender que no todos somos clase media, podemos comenzar a romper las burbujas sociales que nos han venido distanciando mucho antes de la pandemia, impidiéndonos entender nuestro entorno y el de nuestros conciudadanos.

El autor es economista en el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (CIEPS)

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