Las noticias internacionales han plasmado en los últimos días la muerte súbita de Steve Irwin, conocido como el "Cazador de Cocodrilos", australiano de nacimiento, productor de programas con animales altamente peligrosos como cocodrilos y serpientes y, además, amante de la ecología.
Encontró la muerte al ser puncionado en el corazón por una manta raya durante la filmación de un documental.
Uno de los sitios más emblemáticos de nuestro país, frecuentado por turistas provenientes de lejanas tierras, lo constituyen nuestras bellas playas. En algunas ocasiones usted se encontrará un mar con aguas muy tranquilas y en marea baja, sintiéndose atraído a darse un chapuzón para refrescarse... pero ¡cuidado!, seguidamente de haber entrado al agua podrá percibir una sensación punzante asociada a un dolor intenso y desgarrador... es posible que haya sido picado por una raya.
La raya es un pez que abunda en nuestras aguas, tanto del litoral Pacífico como del Atlántico; yace semienterrado en la arena a la orilla de la playa. Se describe como un pez dócil, sociable y no agresivo, a menos que se vea amenazado. Cuando el bañista entra en el mar y la pisa, la raya estira su cola hacia arriba puncionando y desgarrando así los tejidos del pie o de la pierna y, en algunos casos, otras partes del cuerpo (tórax, abdomen o muslos).
Puede tener una o dos ponzoñas con una cubierta que alberga un veneno muy tóxico que puede producir dolor inmediato y severo, náuseas, vómitos, sudoración, síncope, convulsiones, temblor, palidez y parálisis progresiva culminando en falla cardiaca o paro respiratorio.
Las toxinas que componen el veneno, afectan el fluido sanguíneo, alteran la conducción nerviosa produciendo sensación de adormecimiento en el área, así como falta de coordinación, seguido de parálisis progresiva culminando en falla respiratoria en casos de envenenamiento severo. Dependiendo de la cantidad de la toxina depositada se puede producir un infarto cardíaco, muerte local de los tejidos, con inflamación, hinchazón y, finalmente, muerte de los tejidoo necrosis.
Se trata pues de un real peligro de muerte que enfrentan quienes disfrutan sin precauciones de las playas panameñas. Por ello, además de las conocidas recomendaciones -sobre todo no entrar en el agua con marea baja- es preciso estar alerta y reaccionar rápidamente (sumergir el área afectada en agua caliente, tomar analgésico y acudir a un centro médico).
Además, recomendamos que se realice un registro o mapeo de la ubicación más frecuente de estos animales en la aguas del litoral Pacífico y Atlántico para orientar a los bañistas.
