El 12 de abril de 1961 llegó a ser una de las fechas más memorables de toda la historia de la humanidad. Después de haber despegado desde el famoso cosmódromo Baikonur, durante 108 minutos el primer cosmonauta Yuri Gagarin, a bordo de la nave cósmica Vostok (Este), sobrevoló el planeta a la altura de 315 km y habiendo recorrido la órbita terrestre aterrizó a distancia de unos mil 500 km del punto de su partida, en la zona meridional de la Unión Soviética.
Los contemporáneos de la gesta de Gagarin –primer viaje tripulado alrededor de la Tierra realizado por un hombre– rememoran que el acontecimiento en mención se percibía universalmente con una sensación del optimismo esperanzador, la alegría inmensa y una confianza en el futuro inigualable. Lo sumamente importante del vuelo espacial de Gagarin era que muy pronto lo siguieron otras personas, habiendo superado hoy en día la marca de 300 hombres que han volado al cosmos.
El mundo desde aquel entonces ha vivido una verdadera transformación. El vuelo espacial de Yuri Gagarin, así como las proezas de otros astronautas, demostró que la expansión del hombre a la tercera dimensión había entrado en una nueva fase. La palabras cosmos, cosmonauta y sus derivados penetraron en todos los idiomas, al mismo tiempo que la popularidad de los héroes del dominio del espacio en ciertos momentos ha eclipsado la fama de los artistas más conocidos de la época.
El deseo de vincular su vida con la cosmonáutica se convirtió en el sueño más común de las personas jóvenes de una entera generación. Y finalmente muchas de ellas han podido hacerlos realidad, pues en nuestro país el vuelo espacial de Yuri Gagarin dio un impulso grandísimo al desarrollo ulterior de la ciencia y de tecnologías innovadoras. La cosmonáutica y los estudios espaciales llegaron a ser un componente muy importante del crecimiento industrial y tecnológico de la Unión Soviética, y posteriormente de la Federación de Rusia.
La gesta de Yuri Gagarin allanó el camino para un sector de la economía completamente nuevo, no solo en Rusia sino también en otras naciones tecnológicamente avanzadas. Hoy en día nuestro país sigue realizando numerosos programas de investigación científica en el espacio cósmico. Rusia desempeña el papel principal en la Estación Espacial Internacional, cuya vida ha sido prolongada hasta 2020 y a la que se le van a añadir más módulos en los próximos años.
Durante este medio siglo nuestra cosmonáutica ha pasado desde las pequeñas naves cósmicas tripuladas tipo Vostok, desde la primera salida de un hombre al espacio abierto y primeros envíos al cosmos de las tripulaciones múltiples, hasta el lanzamiento de las estaciones orbitales, efectuando las conexiones de las naves en la órbita y, posteriormente, hasta los complejos espaciales tripulados que poseen un amplio espectro de utilización científico-técnica. Por lo tanto, el primer vuelo al cosmos efectuado por Yuri Gagarin ha adquirido un significado histórico imposible de sobrestimar. Y esto, a su vez, fue confirmado por la adopción, la semana pasada, de la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que declaró el 12 de abril el Día Internacional de Vuelos Espaciales Tripulados.
