Ya se debate si, como sociedad, nos encaminaremos a un proceso constituyente, figura que implica mucho más que redactar una nueva Constitución.
La constituyente sirve para hacer docencia en un pueblo con poca o nada formación política. Para que ese pueblo se compenetre de eso que llaman “empoderarse”, es decir, que los ciudadanos sepan que los funcionarios son sus empleados, incluido al presidente, los ministros, magistrados, procuradores, contralor, diputados, alcaldes y los representantes.
Por esta razón, la nueva Constitución debe contemplar con claridad que cuando el funcionario se desvíe –aunque sea en forma leve– de su mandato regido por la ley, es decir, de lo que le ordenamos, entonces perderá su puesto en un proceso penal o administrativo.
Nada de que los castigaremos en la siguiente elección.
Además, una constituyente sirve para debatir si se debe prohibir la reelección a todo cargo –no solo el de presidente– mientras maduremos en el plano político.
Analicemos, si los llamados políticos exitosos que se han reelegido como diputados, alcaldes o representantes fueran buenos funcionarios, ¿por qué en la Asamblea Nacional o en los consejos municipales campea la corrupción?
La reelección no es mala per se, al contrario, puede ser buena, pero cuando la política se adecente. Prohibir la reelección por un tiempo funcionaría igual que ocurre cuando usted convalece tras una cirugía y le ponen restricciones por un tiempo, como no hacer ejercicio.
Mediante la constituyente podríamos debatir y ordenar aspectos como la tenencia de la tierra. No puede ser que los allegados a los gobiernos se hagan de grandes extensiones de terrenos –casi regaladas– que luego en el mercado especulativo de bienes raíces les sirve para amasar fortunas, y que olviden que la “patria no se vende”, como decía Mateo Iturralde, sobre todo, porque hay que pensar en los marginados de hoy y en las futuras generaciones. ¿O acaso la patria es solo de los que hoy viven y pueden hacerse de un pedazo de tierra?
Una constituyente es para establecer que los puestos públicos no se deben repartir, como un botín, entre los allegados al poder del momento. Sino para que la mayoría de los cargos sea abierta a concurso por méritos, excepto los de ministros, viceministros y secretarios generales; igual que los de director, subdirector y secretario general de las entidades autónomas. Estos serían de libre nombramiento y remoción.
Una constituyente es para tratar todo lo relacionado a la organización de procesos electorales y evitar que sea el poder económico el que elija presidentes, diputados, alcaldes y representantes; para que las campañas electorales no sean de más de dos meses y que las primarias se celebren un mes antes de las generales. Además, para que todos los procesos, primarios y generales sean transparentes en cuanto al uso de fondos, con topes y auditorías.
Una constituyente es para debatir si se establece que a los cargos de jerarquía en el Ministerio Público y en el poder Judicial se asciende por carrera y concurso de méritos, no por afinidades con el presidente de turno. Para que los funcionarios como presidente, diputados, magistrados, alcaldes, representantes, embajadores, cónsules, notarios y todo el que maneje fondos, rindan una declaración pública de sus bienes cada año, auditada. Y quien no quiera que se conozca lo que posee, entonces que no aspire a estos cargos.
Pienso que, poco a poco, desaparecerá la bruma y los panameños verán que el colapso del Estado es tal, que solo queda desechar el antiguo régimen y fundar una nueva República, vía constituyente.
El debate se concentrará entre si se aplica la figura de la mal llamada “constituyente paralela”, contenida en el Título XIII de la Constitución, denominado “Reformas de la Constitución” o , la constituyente originaria.
La paralela se quedaría con los magistrados que han permitido la corrupción en la Corte Suprema de Justicia, mientras que la originaria barrería a todos aquellos incapaces.
Usted, ¿prefiere quedarse con una Asamblea Nacional y una Corte Suprema espuria? La paralela los mantiene y la originaria los barre. Es por eso que el poder constituido no quiere la originaria…
