SUPERACIÓN

La sorprendente trabajadora panameña: René Quevedo

En uno de los países más desiguales de Latinoamérica, que desde 2003 vive una bonanza económica en la que convergen altos niveles de crecimiento, generación de empleo y alienación social (particularmente de jóvenes), resulta irónico que uno de sus colectivos históricamente más marginados, represente un contundente ejemplo de superación en el campo laboral.

Uno de cada dos panameños es mujer, sin embargo, solo el 40% de los empleos lo ocupan ellas, que a la vez representan a tres de cada cuatro ninis (que ni trabajan ni estudian) en todas las franjas de edad. Es decir, las mujeres son minoría en el empleo y mayoría en la desocupación.

A pesar de esta desventaja, así como tener que asumir responsabilidades familiares y la crianza de sus hijos, el 23% de la fuerza laboral femenina en el país está ejerciendo posiciones de liderazgo gerencial y profesional, casi el doble de la proporción de hombres (12%). Hace 10 años (2005), estos porcentajes eran 16% y 8%, respectivamente.

Si ampliamos el análisis para incluir empleos de técnicos de nivel medio, los porcentajes actuales suben a 32% (mujeres) y 18% (hombres), porcentajes que hace 10 años eran 21% y 12%. Esto sustenta, de manera categórica, el ascenso femenino a puestos de responsabilidad, en una proporción muy superior a sus homólogos masculinos.

Otras diferencias en los perfiles de inserción laboral femeninos incluyen el que 27% de ellas desempeña funciones de venta (14% de los hombres), 16% son trabajadoras no calificadas (21% de los hombres), el 22% trabaja en el comercio (17% hombres) y el 9%, en la enseñanza (3% hombres).

Hoy, 1 de cada 3 mujeres desempeña un cargo gerencial, profesional o técnico, versus 1 de cada 6 hombres. La media de escolaridad de la fuerza laboral femenina es 12.1 años aprobados, 1 año y 4 meses superior a la masculina (10.8 años). El 41% de las trabajadoras panameñas tiene títulos universitarios, versus el 26% de los hombres.

Hace 10 años, estos porcentajes eran de 35% y 23%, respectivamente, lo que indica un aumento de 6 y 3 puntos, que señalan que la tasa de profesionalización de la fuerza laboral femenina ha duplicado la masculina en los últimos 10 años. Esta tendencia continuará.

De los casi 31 mil profesionales que se gradúan en nuestras universidades, 2 de cada 3 son mujeres.

Un Informe de la Unión Europea (2014) señala que las mujeres de esa región ganan alrededor de un 16% menos que los hombres, brecha que es inferior al 10% en Eslovenia, Malta, Polonia, Italia, Luxemburgo y Rumanía, pero superior al 20% en Hungría, Eslovaquia, la República Checa, Alemania, Austria y Estonia. Aunque la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha reducido ligeramente en la última década, hay algunos países donde se ha incrementado (Hungría, Portugal). En Panamá, esta brecha es del 2.5%.

Falta mucho para lograr la total igualdad de género, pero la historia de superación de la mujer panameña en el ámbito laboral es digna de reconocimiento. Como dijo Margaret Thatcher: “Cualquier mujer que entiende los problemas de manejar un hogar estará más cerca de entender los problemas de manejar un país”.


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