2020 será recordado como el año de lo inesperado. Fue un año de crecimiento que puso a prueba nuestra capacidad para adaptarnos y salir de nuestra zona de confort. En el caso de Jóvenes Unidos por la Educación, 2020 fue el año en que, a pesar de todos los retos, se logró llevar a cabo una nueva temporada del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana (LLAC).
En su momento, pensar en todos los factores que nos hacían creer que no podía llevarse a cabo un LLAC, era inevitable. Tener en cuenta todos los beneficios que significan para la Juventud y el país, nos hizo tener la voluntad de trascender la queja y la resignación, a la propuesta y a la acción. Sabíamos que sería un reto grande. La recompensa valía la pena. Estábamos conscientes del impacto que tendría no solo en la vida de los jóvenes que participarían, sino también en la de los cientos de beneficiarios de los proyectos y programas y en el propio país.
No podíamos negarles la oportunidad a 200 jóvenes de formarse e impactar en sus comunidades. No podíamos fallarles a todos los que habían esperado un año con la emoción de formarse y tener la ocasión de aprender, de crear, de crecer y, sobre todo, de incidir. Así que, a pesar del reto del distanciamiento social, el Canal de Panamá y Jóvenes Unidos por la Educación, con el apoyo de sus aliados y voluntarios, se propusieron llevar a cabo el Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana 2020, por primera vez, totalmente en modalidad virtual, en dos versiones, 1.0 (inicial) y 2.0 (avanzado).
El currículum, basado en un programa educativo intensivo, busca formar a jóvenes en temas como acción comunitaria, incidencia y liderazgo; haciendo hincapié en el aporte de la juventud para afrontar los retos de la educación y del Canal de Panamá. Participaron jóvenes panameños de todas las provincias, comarcas y, por primera vez, el LLAC recibió estudiantes internacionales. Al ser un programa que incluye módulos teórico-prácticos, es un proceso en el que los participantes, formulan, ejecutan, evalúan y analizan los resultados de los proyectos pilotos que han creado, en escuelas y comunidades de todo el país.
El LLAC provoca encuentros improbables con personas que te cambian la vida. Como egresada, conozco la gran experiencia que es y cómo logra apartarte de tu zona de confort, aún en 2020, con distanciamiento social. Lo que aprendes te hace ver y actuar de una manera distinta. Convives con realidades tan diferentes a la tuya y las comprendes. Mi experiencia es que te vuelves más empático, más consciente y, sobre todo, tomas la decisión de no ser más un espectador. Ante cualquier situación en la que sabes que puedes aportar, ayudar o incidir, pasas de ser un observador a convertirte en parte de la solución.
Fueron 3 meses de arduo trabajo. Pudimos poner en práctica lo aprendido durante las sesiones. El esfuerzo y la innovación tuvieron frutos: 15 proyectos del LLAC 1.0, con un componente ambiental y 9 proyectos del LLAC 2.0, que aceptaron el reto de reforzar una estrategia de sostenibilidad, replicabilidad y escalabilidad de proyectos de laboratorios anteriores .
El 20 de enero se realizó un conmovedor acto de cierre, en el que se resaltó el compromiso que debemos adquirir todos y el deber que tenemos de incentivar la participación y la incidencia de otros jóvenes. Es nuestra obligación motivar a otros para que se conviertan, a su vez, en agentes multiplicadores y que, todos juntos, seamos los protagonistas de los cambios a los que aspiramos.
Gracias a nuestros aliados estratégicos y mentores, por creer en nosotros, los jóvenes, y por coadyuvar a que el LLAC 2020 fuera una realidad. Se demostró, una vez más, que todo sucede para bien cuando grupos de personas, con propósitos comunes, se unen para el bien hacer. En el LLAC no ganó Jóvenes Unidos por la Educación, el Canal de Panamá o los aliados del laboratorio: ganó Panamá.
Felicidades a los 200 jóvenes egresados del Laboratorio Latinoamericano de Acción Ciudadana. Tenemos los conocimientos y las herramientas para transformar a Panamá. Que no nos falten ni las ganas ni las acciones. Panamá será tan buen país como seamos sus ciudadanos.
La autora es egresada del LLAC 2.0 y miembro de Jóvenes Unidos por la Educación
