BETTY BRANNAN JAEN Corresponsal laprensadc@aol.com WASHINGTON, D.C. -La Pacific Sandpiper, una nave británica de construcción especial para el transporte de desechos nucleares, zarpó de Inglaterra el lunes y se dirigió a Cherburgo, Francia, para recoger 61 toneladas de basura radiactiva vitrificada que está destinada para Japón.
Según los activistas de la agrupación ecologista Greenpeace, este cargamento de 152 cilindros de material vitrificado altamente radiactivo es un Chernobil flotante que corre el riesgo de ser blanco de terroristas.
Hasta la tarde de ayer no se había confirmado que la nave hubiera partido de Cherburgo, y menos se ha confirmado la ruta que la Pacific Sandpiper tomará para viajar de Francia a Japón. El último cargamento de este tipo, que fue transportado en diciembre de 2000, evitó pasar por el Canal, y prefirió dar la vuelta por el Cabo de Hornos.
En el caso actual, sin embargo, Greenpeace sostiene que la Pacific Sandpiper probablemente elegirá una ruta mucho más directa, es decir, por el Canal de Panamá.
Siendo este el primer cargamento de basura nuclear que viaja de Europa a Japón después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, Greenpeace acusa que la empresa dueña de la nave, British Nuclear Fuels Ltd. (BNFL), ha desestimado el riesgo terrorista al que pueden estar expuestos cargamentos de este tipo.
Pese a los terribles riesgos ambientales y de seguridad, los funcionarios japoneses, franceses y británicos están enviando este cargamento innecesario sin el conocimiento y el consentimiento de docenas de naciones en peligro por la ruta, dijo Simon Boxer de Greenpeace. Esa agrupación insiste en que BNFL debiera hacer un nuevo análisis de riesgo, incorporando la amenaza terrorista.
BNFL, por su lado, insiste en que sus naves están construidas para transportar carga radiactiva con total seguridad y cumplen con todos los estándares internacionales de seguridad.
Igualmente, la Autoridad del Canal asegura que Panamá cumple con todos los convenios internacionales que regulan el transporte de esta carga. Los distintos procedimientos de seguridad establecidos a partir de estos convenios han sido adoptados por Panamá a través de la Autoridad del Canal de Panamá, la que a su vez ha incrementado sus propias medidas de control y de seguridad de manera consecuente con la importancia del Canal en la vida nacional. Tales procedimientos, que incluyen inspecciones a bordo previas a cada cruce, son mucho más exigentes de lo que fueron en la administración estadounidense, señaló el administrador, Alberto Alemán.
