NIZA, Francia (AFP). - Un olivo centenario, en general importado de España o de Italia dado su precio, tal es la última moda del jet-set para adornar los jardines de sus lujosas mansiones de la Costa Azul.
"La gente del jet-set compra olivos centenarios como quien compra diamantes", afirma Valerio Bianchi, que dirige el vivero Prosperi de Niza.
"La demanda de olivos es más fuerte cada año", señala Thierry Derbez, propietario de un vivero de Saint-Tropez.
"Como media, el precio de un olivo centenario varía entre 6 mil y 8 mil euros", señala Gaetan Gicuel, encargado de los viveros Pierre Basset de Saint-Maxime.
Pero el precio aumenta en función de la edad del árbol, y un olivo de mil 500 años y 6 m de diámetro puede costar 30 mil euros. ''Un viejo olivo significa la perennidad de un lugar. Es un sueño que uno puede pagarse inmediatamente", declaró Thierry Derbez.
El problema que surge inmediatamente es ¿cómo determinar la edad de un olivo? "Para estar seguros, existe la prueba de la extracción de un testigo del tronco, pero yo me niego a dañar un árbol. Para mi cálculo, tengo en cuenta el diámetro y, sobre todo, el testimonio de los habitantes de los pueblos en los que compro", explica Thierry Derbez.
"Nadie puede decir con exactitud la edad de un olivo. 200 ó 300 años, sí, pero en cuanto se evoca más de un milenio, se está exagerando", sostiene Valerio Bianchi.
Los olivos son extraídos utilizando grúas y trasladados a Francia en camiones, con un solo árbol por camión cuando el tamaño del árbol así lo requiere. El precio del transporte es de esa manera mucho más alto, pero permite conservar la estructura del árbol, explica Thierry Derbez, señalando que el precio de un olivo en España es tres veces menor que en Francia.
"La mayoría de nuestros olivos vienen de Italia. Los viveros los venden en contenedores de 750 a mil litros una vez que el árbol ya ha vuelto a echar raíces. Solo queda volverlos a plantar", dice Daniel Roseto, de la firma Jardinerie Petruccioli de Niza.
No obstante, no todos los encargados de viveros están de acuerdo con la idea de arrancar e importar olivos. "La Costa Azul es una región húmeda. Los olivos procedentes de regiones áridas desarrollan aquí la enfermedad del repilo, que se caracteriza por la pérdida del 80% al 90% del follaje", señala Charles Orso, propietario de un vivero de Cannes que vende solamente olivos franceses.
