ENFOCAR EL MAPA ELECTORAL.

El voto popular no decidirá la elección en Estados Unidos

WASHINGTON, D.C. –Parece mentira, pero en el sistema estadounidense, el candidato a la Presidencia que reciba más votos populares no es necesariamente el que gana la presidencia. En 2000, Al Gore triunfó en el voto popular, pero perdió la elección porque Bush lo derrotó en el “Colegio Electoral”.

Comprender el funcionamiento del Colegio Electoral es esencial si uno ha de comprender la dinámica de la etapa final de una campaña presidencial en Estados Unidos, ya que lo que revelen las encuestas a nivel nacional no vale nada; lo que hay que vigilar es lo que señalan las encuestas estado por estado. Por eso, yo me voy todas las mañanas a www.electoral-vote.com para ver cómo el “mapa electoral” ha cambiado en las últimas 24 horas.

El hecho crucial es que en el sistema norteamericano, la elección del presidente no se decide por voto popular directo, sino por medio de un esquema –antidemocrático, a mi criterio– que reparte el voto popular entre los 50 estados y el distrito de Columbia, con el supuesto fin de balancear el poder electoral entre estados pequeños y grandes, y entre las distintas regiones del país. El mecanismo constitucional para esa tarea es el Colegio Electoral, cuyo atributo más significativo es permitir que un candidato que haya triunfado en el voto popular pierda la elección ante un adversario cuyos votos –menor en número– estén mejor distribuidos en el Colegio Electoral.

Según este sistema, cada uno de los 50 estados tiene un número predeterminado de votos en el Colegio; esta cifra corresponde al número combinado de senadores (siempre dos) y de representantes en la Cámara Baja (que varía según la población) que tiene el estado. La excepción es Washington, distrito de Columbia, que no tiene derecho a representación en el Congreso, pero tiene tres votos en el Colegio Electoral. En cada estado, el candidato que gane el voto popular –por estrecho que sea su margen de victoria– se lleva todos los votos de ese estado en el Colegio Electoral. Es un sistema de “winner take all” [“el ganador se lo lleva todo”]; las únicas excepciones son Maine y Nebraska, que hacen distribución proporcional.

Lo que ocurre, literalmente, es que el voto popular elige a los “electores” de cada estado, quienes entonces se reúnen y “eligen” al presidente y vicepresidente. La mayoría de los estados –pero no todos– requieren que estos “electores” obedezcan el voto popular en su estado; en ciertos estados, los “electores” pueden teóricamente hacer lo que quieran, pero nunca se ha dado el caso de que suficientes electores desobedientes (en inglés, faithless electors) hayan cambiado el resultado de una elección.

Pues bien, hay un total de 538 votos en el Colegio Electoral y el candidato triunfador necesita obtener la mitad más uno, o sea 270. Los estados de más peso son California (con 54 votos), Texas (32), Nueva York (33), Florida (25), y Pennsylvania (23). Obama está asegurado de ganar California y Nueva York y tiene ventaja clara en Pennsylvania. Obama también está adelante en Florida, que respaldó a George W. Bush en las últimas dos elecciones. De los estados grandes, entonces, McCain solo tiene a Texas de seguro, aunque también tiene respaldo sólido en todos los estados del sur y una buena parte del oeste. Por otro lado, Obama se ve sólido en un buen número de estados claves que han votado con los republicanos en las últimas elecciones, como Nuevo México, Colorado, y Ohio. Si Obama mantiene esa ventaja, le será fácil reunir los 270 votos en el Colegio Electoral que necesita para ganar.

Mucho se ha criticado que el Colegio Electoral es un anacronismo que debiera ser abolido, pero antes de 2000, los frecuentes intentos de eliminarlo fracasaban primordialmente porque el mecanismo era visto como una idiosincrasia que no hacía daño porque en el último siglo no se habían dado casos donde el ganador popular no ganaba también en el Colegio Electoral. La elección de 2000, sin embargo, demostró los peligros de esta idiosincrasia antidemocrática y dio nuevo ímpetu al esfuerzo por abolirla. Esto no prospera, sin embargo, porque los tradicionalistas insisten en que el Colegio Electoral preserva el sistema de dos partidos políticos y obliga a que los candidatos se fijen en todos los estados, no solamente en los grandes.

Todo lo anterior explica porqué al final de esta campaña, los candidatos se están concentrando en ciertos estados cruciales en el Colegio Electoral, sin importar lo que señalan las encuestas nacionales.


LAS MÁS LEÍDAS

  • Panamá frustra envío de mercancía de contrabando que salió de la Zona Libre hacia Colombia. Leer más
  • Tribunal Superior revoca sentencia: absuelve a exministra y condena a exfuncionarios del Miviot. Leer más
  • Pago PASE-U 2025: Ifarhu anuncia calendario para próximas entregas. Leer más
  • Gobierno contrata a multinacional estadounidense para diseñar el quinto puente sobre el Canal. Leer más
  • Trasladan a la directora del Cefere por el caso de La Parce. Leer más
  • Denuncia ante el Ministerio Público frena contrato millonario de piscinas que firmó la Alcaldía de Panamá. Leer más
  • Cuarto Puente sobre el Canal de Panamá: así será el Intercambiador del Este en Albrook. Leer más