Yeyé. Vocablo hijo del “yes” anglosajón. Nace en medio de la algarabía musical. Del interjeccional yeah, yeah” de la celebración de la manifestación de The Beatles y demás expresiones surgidas a partir de la década de los años sesenta del siglo pasado. Manifestaciones hoy cincuentonas. Ruta yeyé: Gran Bretaña, Francia, España, América. Conchita Velasco interpretó Soy una chica yeyé. Activa, alegre, desafiante, contemporánea, musical. En el Mes de la Patria, la palabra nos llega con sabor a confrontación de clases, en boca presidencial.
“Yeyé” es contrario a gueto y a populus. Joven que no desfila es “yeyé” y quien no brinca es sapo. Ventajosa y estigmatizada condición que es otra consecuencia del huracán “Tomás” y empequeñece al criollo “rabiblanco”.
K. Fuerte, pero de poco uso. Se encuentra en posición inicial de sílaba (kilómetro, káiser, kiwi, kurdo). Vocablos de otros idiomas declarados en adopción, en su mayoría. En raras situaciones, está al final de una palabra: yak, amok, ok. Tanto ‘ok’ como el nombre propio AK (el modelo de fusil ruso) son de uso frecuente. A propósito: las siglas AK-47 son el acrónimo del guerrero inventor del arma, un combatiente de la Segunda Guerra Mundial: Avtomat Kalashnikov. Se le ocurrió la idea en 1947. Seis décadas después, el fusil es acaparado por los delincuentes.
La ‘k’, una de las consonantes de mayor duración durante el proceso de explosión, cuando el aire sale repentinamente al cesar el cierre completo del canal vocal, cierre que le es característico. Se produce al aproximarse la lengua y el velo del paladar, sin la acción de las cuerdas vocales (sordez), mientras se registra el cierre completo del canal vocal de la articulación (oclusión).
Palabra ambigua. Elija el género. Se le otorga a sustantivos como azúcar, aneurisma, cobaya, énfasis, enzima, esperma, herpe, lente, calor, mar, arte, estambre, puente, terminal, margen. Una opción se emplea con mayor frecuencia. (El azúcar, el aneurisma, la enzima). Con el tiempo, una de las condiciones puede afirmarse y abandona su carácter de ambiguo.
Cancerbero. En sentido figurado, es portero o golero. En el mundo futbolístico, ‘portero’ es aquel jugador encargado de impedir que ingrese al área propia el balón. Para los narradores de fútbol, sobre todo aquellos de radio y televisión, ‘cancerbero’ es el término ideal para indicar al ‘portero’.
‘Cancerbero’ es palabra compuesta. Es el perro mitológico de tres cabezas que guarda la puerta del infierno. En el fútbol, la puerta se convierte en un infierno, sobre todo cuando el equipo rival la amenaza. ‘Cancerbero’ es la suma de ‘can’ (perro) y ‘Cerbero’ (guardián de la puerta del Hades, el inframundo griego, que impedía la salida de los muertos y el ingreso de los vivos). (El cancerbero no impidió el gol).
El cual. Es una entidad que tiene flexión de número, y, en virtud de la presencia del artículo, de género: el, la, lo cual; los, las cuales. Hay una gran fusión entre los dos componentes. No se puede intercalar una partícula entre ese ‘el’ y ‘cual’ y sus variantes de género y número.
Cual, soltero, es un pronombre relativo, sin embargo ‘el cual’ o ‘los cuales’ actúan como sintagma nominal, en coincidencia con el antecedente. Con aquello a que se refiere. ‘El cual’ (o las inflexiones correspondientes) no aparece sin el antecedente, y su número y su género están en sintonía con él.