Una zona boscosa y virgen de Colón, que era parte del Corredor Biológico Mesoamericano, donde habitan cientos de especies de flora y fauna, ahora tiene un nuevo atractivo: es ideal para invasiones y minería ilegal. Esta última, presuntamente, financiada por el narcotráfico.
La región de Coclé del Norte, en Donoso, provincia de Colón, se ha convertido en escenario de redes dirigidas por extranjeros que invaden esta zona para adueñarse de la tierra, mientras otros practican allí la minería ilegal y el trasiego transfronterizo de oro.
Un recorrido aéreo de La Prensa por esta zona evidencia que atrás quedó su preservación, ya que es visible que desconocidos se adentraron al denso bosque –sin calles ni otros accesos– para talar árboles y acaparar tierras.
La información fue confirmada por el hasta hace poco director de Áreas Protegidas y Vida Silvestre del Ministerio de Ambiente, Samuel Valdés, quien indicó que las invasiones no solo provienen de foráneos, sino de indígenas ngäbe buglés. Denunció que la extracción de oro "se ha convertido en una forma de lavar dinero".
Explicó que el modus operandi de los delincuentes es reclutar indígenas a los que les dan motobombas con las que extraen el mineral de los ríos, que luego les compran. Ellos lo funden para hacer prendas con las que lavan dinero.
El director del Servicio Nacional Aeronaval, Belsio González, confirmó que Coclé del Norte es "un área de incidencia del narcotráfico", lo cual se podría considerar un tema de seguridad nacional.
Por estos problemas, en noviembre de 2014, hubo un cierre técnico y financiero definitivo del Corredor Biológico Mesoamericano.