Al menos 73 personas fallecieron ayer en el choque de dos autobuses con un camión cisterna en una importante carretera del sur de Afganistán, anunció el Ministerio de Salud, en uno de los peores accidentes en esta zona de conflictos.
La mayoría de las víctimas, entre ellas niños y mujeres, quedaron carbonizadas en el incendio desencadenado tras la colisión, ocurrida en el importante eje Kabul-Kandahar, precisó el portavoz del Ministerio de Salud, Ismail Kawoosi, quien advirtió que el balance de fallecidos podría aumentar.
Numerosos heridos fueron llevados a los hospitales de Kandahar y de la provincia de Ghazni, donde tuvo lugar el accidente.
El gobernador de esa provincia, muy afectada por la insurrección talibán, dio cuenta en principio de 7 muertos, precisando que 72 personas que iban en el autobús habían sido hospitalizadas. Más tarde, su portavoz anunció un balance de 50 muertos.
El siniestro tuvo lugar en la carretera que une las ciudades de Kabul y Kandahar, un destacado eje que atraviesa varias zonas de insurgentes. En estas regiones, es conocido que muchos conductores circulan de forma temeraria, superando los límites de velocidad.
Las carreteras de Afganistán son conocidas por su peligrosidad y los accidentes mortales son habituales. El pasado mayo, un minibús se volcó en una carretera de la provincia de Badghis (noroeste) provocando la muerte de 18 personas.
En abril de 2013, 45 personas fallecieron en la colisión de un autobús con un camión cisterna en el sur de la provincia afgana de Kandahar.
El Banco Mundial desbloqueó 250 millones de dólares el pasado noviembre para mejorar las carreteras que atraviesan las montañas del Hindú Kush, entre Afganistán y el noroeste de Pakistán.
