Panamá tuvo la posibilidad de convertirse en el séptimo país latinoamericano libre de analfabetismo antes de 2015.
Todo estaba servido para que en un lustro el país se subiera al podio donde se hallan las naciones alfabetizadas. Pero fueron insuficientes los esfuerzos para combatir el flagelo, a tal punto que las mismas autoridades reconocen que la lucha disminuyó drásticamente en los últimos años.
Organizado por la Contraloría General de la República, el Censo de 2010 reportó la existencia de 148 mil 747 panameños sin saber leer y escribir. Es decir, el 5.5% de la población.
Nada cambió durante los tres años y medio siguientes, y los analfabetas panameños se empiezan a marginar del crecimiento económico.
Desde 2009 hasta la fecha se redujeron la promoción y el presupuesto asignado al programa ´Muévete por Panamá´ del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), acusa el director del proyecto, Rufino Huertas.
Sobre todo si se tiene en cuenta que ´Muévete por Panamá´, desde 2007, le permitió aprender a leer y escribir a 177 mil panameños, apuntan las estadísticas del Mides.
Esta contracción le impide a Panamá, señala Huertas, ser reconocido como un país alfabetizado, declaración de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
La declaración de la Unesco solo es obtenida por aquellos Estados que así la solicitan, y cuya tasa de analfabetismo se sitúa por debajo del 5% de la población.
pocos avances
El funcionario del Mides considera que Muévete por Panamá “estuvo dormido” en el último quinquenio. El programa contó con un presupuesto anual de entre $700 mil y $800 mil. Cifra insuficiente, según Huertas.
Informes del Mides señalan donde está el mayor número de iletrados. Se concentran en las áreas comarcales y en las provincias de Darién, Bocas del Toro y Veraguas. Aunque la migración de panameños a la capital disemina el problema en los diferentes sectores de la ciudad, explicó Huertas.
El presupuesto limitado y el comportamiento migratorio le impiden a Panamá estar en la lista de países de América Latina completamente alfabetizados, como Cuba, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Argentina y Bolivia.
ANTECEDENTES
En 1960 la tasa panameña de analfabetismo se situaba en 25.2%. A partir de entonces empezó una disminución paulatina por décadas. Según el Censo de 1970, el país redujo el ponderado a 20.7%, y en 1990 fue de 10.7%.
Solo hasta el año 2000 es que el país logra reducir el porcentaje a menos de dos dígitos. En ese entonces el flagelo fustigaba al 7.6% de los panameños. Y 10 años después, con el Censo de 2010, se llega al 5.5% que nunca pudo superar la pasada administración.
De ese porcentaje, el 2.4% es representado por jóvenes de entre 15 años y 24 años. Es decir, 13 mil 546 panameños, detalla el informe “La educación en Panamá: 5 metas para mejorar”, de la Fundación Unidos por la Educación de Panamá, Fundación para el Desarrollo Sostenible de Panamá y la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá. El estudió contó con el apoyo en 2013 del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, y destaca cómo el analfabetismo galopa con mayor fuerza en las comarcas indígenas, con promedios del 27.2% de la población, que aumenta a 34.9% cuando se trata de mujeres. El análisis reporta a la pobreza como el causante principal.
LEJOS DE LA META
Lograr la enseñanza primaria universal es el segundo de los Objetivos del Milenio, compromiso asumido por 189 países miembros de las Naciones Unidas, entre ellos, Panamá, en un plazo comprendido entre el año 2000 y 2015. Falta un año para su vencimiento, y es evidente que el tiempo restante es insuficiente para alcanzar la meta, según el Mides.
Países como Ecuador lograron vencer la barrera del analfabetismo en tan solo dos años, de 2007 a 2009. En este período, invirtió $15 millones y pasó de tener 750 mil habitantes analfabetas (9.3%) a 330 mil (2.7%).
Consultada sobre el tema, la exministra de Educación, Lucy Molinar, señaló que estaba indispuesta y no podía conceder la entrevista.
RECHAZAN CIFRAS
“Cualquier porcentaje de población iletrada es incongruente con los niveles de desarrollo de nuestro país”, afirma el presidente de la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá, José Luis Ford.
El gremialista también repudia los índices panameños, y agrega que para atacar el problema es indispensable mejorar la cobertura de educación, así como la disminución de los estándares de pobreza. (Ver tablas).
E insiste en que todos los sectores de la sociedad deben involucrarse y respaldar las iniciativas orientadas a que la educación llegue a todos los rincones del país, en igualdad de condiciones.
INVERTIR EN EDUCACIÓN
Pese al fracaso del analfabetismo, “se ha trabajado en su erradicación, sobre todo porque se tiene una amplia cobertura del nivel primario de educación”, expresa el secretario general de la Asociación de Profesores de Panamá, Diógenes Sánchez.
Pero admite que “el grave problema está en la educación media, en la que la cobertura apenas [si] es del 57%”, porque en muchas áreas los estudiantes se gradúan de primaria sin saber cómo continuar sus estudios ante la ausencia de escuelas o colegios de premedia y de media. “Esto se convierte en el talón de Aquiles de nuestro sistema educativo”, subrayó.
Sánchez puntualizó en que al igual que crece el sistema económico se debe invertir más dinero en el sistema educativo. El monto designado actualmente corresponde al 3.5% del producto interno bruto; lejos de otros países de la región: Argentina destina el 6.3%; Cuba, el 12.8%; Chile, el 4.5% y Estados Unidos, el 5.4%, según el Banco Mundial.
Se gestiona un presupuesto de $3 millones para 2015, anuncia el ministro de Desarrollo Social, Alcibiades Vásquez. La meta a 2019 es reducir a 3% el índice de analfabetismo.
El país no solo debe conformarse con la meta de alfabetización, y tendrá que sumar un proceso de formación integral que fortalezca los valores, auspicie la cultura e involucre el apoyo familiar, manifiesta Gaspar García de Paredes, presidente de la organización Unidos por la Educación de Panamá.
“La alfabetización es solo el comienzo para mejorar la calidad de vida de estas personas”, apunta.
Se pidió la visión de Aimeth Vega, participante del programa de Alfabetización en la pasada administración. Nunca contestó.
