A pesar de que la ciudad de Panamá se ha convertido en una enorme selva de concreto, todavía hay sitios en donde se pueden observar aves.
En el área de Panamá Viejo y los parques públicos de la ciudad, como el Omar y Urracá—con su población de árboles—, se pueden avistar pechiamarillos, azulejos, colibríes, pericos, palomas, cas-cas y bin-bines.
Otras zonas de observación son los ríos y, al bajar la marea, la playa de San Felipe y la cinta costera, ya que la bahía de Panamá es “una de las zonas de mayor productividad marina, sirviendo de sustento a gran número de aves marinas”, de acuerdo con el libro ¿Qué vuela ahí? escrito por Jorge Ventocilla.
En el campus de la Universidad de Panamá se han reportado 131 especies de aves, de las cuales 39 son migratorias, según la publicación.
El autor describe que existen más de 312 especies de aves que pueden ser vistas en la ciudad y áreas aledañas, desde Costa del Este hasta Clayton, Balboa, Diablo y áreas al este del Canal de Panamá.
Ventocilla explica que, aunque los bosques del cerro Ancón y el parque Metropolitano albergan reductos de la avifauna de los bosques tropicales del Pacífico, las calles de la ciudad son hogar para otras especies que se han adaptado al ambiente urbano.
El autor, que coincide con las autoridades, pide a los ciudadanos prestar atención mientras caminan por las calles de la ciudad para observar los balcones y patios de casas, ya que muchas personas colocan comederos y bebederos para alimentar y refrescar a las aves de la ciudad.

















