Decenas de personas resultaron muertas o heridas al estallar ayer dos bombas en una zona comercial de Bangkok, en el peor ataque terrorista indiscriminado que se registra al menos en décadas en la capital tailandesa.
Las autoridades informaron de 19 muertos, una decena de ellos en el lugar de la explosión, y más de un centenar de heridos, mientras que medios locales cifraban a medianoche en 27 los fallecidos y en más de 80 los heridos.
Al menos tres turistas extranjeros, dos chinos y un filipino, perecieron por las deflagraciones, según portavoces hospitalarios.
El Gobierno tailandés aseguró que el ataque, cuya autoría no ha sido reivindicada, trata de dañar la industria turística del país, fundamental en la debilitada economía de Tailandia.
El lugar de los hechos, situado junto a grandes cadenas hoteleras y cuatro centros comerciales, es visitado a diario por miles de tailandeses, pero también por turistas extranjeros.
Además, las bombas fueron colocadas junto al templo de Erawan, uno de los más venerados de la metrópoli y ubicado en la céntrica intersección de Ratchaprasong, al que acuden fieles budistas para pedir fortuna.

