Hace ocho años se inauguró la primera fase de la cinta costera y más recientemente, la ampliada y renovada calzada de Amador. Sin embargo, ambas zonas han visto sus espacios públicos amenazados.
El hecho de ser amplios espacios de recreación trae consigo una serie de irregularidades que llevan al desorden, la insalubridad e, incluso, al deterioro de estas áreas, situadas en el distrito de Panamá.
Así lo plantean urbanistas, comerciantes, autoridades y quienes visitan esas áreas con gran potencial turístico.
Por esta situación, la Alcaldía de Panamá adelanta negociaciones con la Unidad Administrativa de Bienes Revertidos del Ministerio de Economía y Finanzas —administradora de la calzada de Amador— para establecer en esa área un espacio que permita de forma ordenada que pequeños comerciantes puedan vender sus productos.
AJUSTES EN AMADOR
José Isabel Blandón, alcalde de la ciudad de Panamá, manifestó que si todo marcha de acuerdo con lo planeado, para la época navideña se concretaría un acuerdo entre ambas partes.
Detalló que los buhoneros deberían cumplir una serie de normas establecidas por la entidad, como son, horarios de operación, mientras utilizan las estructuras que serán cedidas de forma temporal por ese gobierno local.
En ese sentido, Genaro Bárcenas, subdirector de Microempresas de la Alcaldía de Panamá, sostuvo que ya han realizado visitas de campo y se prevé habilitar una zona para los buhoneros en los estacionamientos.
Agregó que estos puestos serían ocupados por panameños previamente censados.
Con la habilitación de este espacio público para buhoneros, las autoridades alcaldicias buscan evitar el escenario que se aprecia actualmente en la cinta costera.
LOS AMOS DE LA CINTA
En un recorrido efectuado por un equipo de este medio en la cinta costera se observó que hay más de 150 vendedores que ofrecen souvenirs, alquiler de bicicletas y patines, confección de caricaturas y la colocación de tatuajes temporales.
Además, se aprecia máquinas para hacer palomitas y algodón de azúcar, parrillas para asar chorizos y arepas, carritos para la venta de paletas, helados y el popular raspao, además de licuadoras para la venta de batidos y jugos naturales, así como hieleras para el comercio de agua y soda, entre otros productos.
Incluso, hay extranjeros con bolsas al hombro que se acercan a los visitantes a venderles chocolates.
Una constante es que muchos de estos vendedores de alimentos no portan el carné de salud a la vista y tampoco tienen sus zonas de venta bien limpias.
En la cinta costera las autoridades del Ministerio de Salud y de la Alcaldía han hecho varios operativos para detectar irregularidades y garantizar el orden en la zona, sin embargo, los problemas persisten.
La administración de la cinta costera está en manos del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Por ello, en conjunto con el MOP, desde 2015 la Alcaldía ha impulsado gestiones para buscar alternativas a las irregularidades en la zona.
No obstante, Blandón dijo que después de todo este tiempo no ha habido avances significativos para ordenar la buhonería en la cinta costera, y “no ha sido por falta de voluntad de la Alcaldía, sino por causas imputables al MOP”.
De hecho, el alcalde lamentó que las conversaciones con el MOP se hayan iniciado primero que con el MEF y aún no se tenga ningún resultado.
Este medio consultó al ministro de Obras Públicas, Ramón Arosemena, sobre las negociaciones con la Alcaldía, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.
EL DEBATE
Para Tomás Sosa, excoordinador de la Comisión de Urbanismo de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos, los espacios públicos deben ser responsabilidad de la Alcaldía.
A su juicio, la gestión que se hace desde los ministerios es más abarcadora y no está enfocada específicamente al adecuado uso y mantenimiento de los espacios verdes.
Desde los gobiernos locales, manifestó Sosa, se puede gestionar no solo la limpieza de estas zonas, sino también impulsar actividades para el disfrute de la familia, así como concienciar sobre el cuidado de los espacios.
María Chávez, presidenta de la Red Ciudadana Urbana, sostuvo que las áreas verdes no deben ser administradas por los ministerios, pero tampoco de manera unilateral por la Alcaldía.
Desde su punto de vista, al sumar más responsabilidades a la Alcaldía, “se le estaría dando más poderes, cuando lo correcto sería que fuera compartido”.
Chávez propuso que zonas como la cinta costera y la calzada de Amador sean administradas mediante patronatos.
También opina que estos deben estar compuestos por representantes del gobierno local, el sector privado y miembros de las comunidades aledañas a la obra.
LA EXPERIENCIA
Desde el año pasado, la Alcaldía capitalina inició un proceso de saneamiento y ordenamiento en el comercio informal en sectores en donde esta actividad es característica: Calidonia, El Terraplén y Salsipuedes.
Este año se comenzaron las primeras reubicaciones de los buhoneros que durante décadas ofrecían sus productos a orillas de las calles, invadiendo la servidumbre pública.
Los comerciantes dedicados a la venta de mercancía no perecedera, así como los que se desempeñan en oficios como la barbería y cuidado de uñas, han sido removidos y distribuidos entre el centro comercial Las Américas, en La Cuchilla de Calidonia, y en el nuevo mercado de El Cruce, situado en la plaza 5 de Mayo.
La inversión del Municipio para la adecuación de todos estos espacios ha sido de aproximadamente 6 millones de dólares, además de otros 100 millones de dólares para el plan de reordenamiento en la ciudad de Panamá.
