Si a usted le gusta el ceviche de corvina y el filete de ese pescado, probablemente haya consumido en su lugar carne de tiburón sin darse cuenta.
Algunos pescadores y vendedores de estos productos utilizan los términos “toyo” o “cazón”, incluso “corvinata” para referirse al tiburón joven o cría de tiburón. Una vez servido es muy difícil establecer la diferencia entre el ceviche de corvina, porque es muy similar, y el ceviche de filete de tiburón. Este último es más duradero que el de corvina, tiene un aspecto más fresco y la libra es más barata.
En Panamá ha aumentado la pesca dirigida a capturar crías y tiburones jóvenes por la demanda de su carne, aletas y aceite de hígado, según informes pesqueros de la Fundación MarViva, que demuestran que el 96% de los tiburones martillo capturados en esta agua es recién nacido o juvenil.
El tiburón martillo (Sphyrna lewini) –que se encuentra en extinción– es una de las especies de escualos más capturado en los océanos panameños, principalmente en Darién, Chepillo, isla Esmeralda y Punta Coco, según explica el biólogo Boris Rivera, de la Dirección General de Inspección, Vigilancia y Control de la Autoridad de los Recursos Acuáticos de Panamá (ARAP).
Tan solo en el año 2013 la cifra de tiburones descargados en los puertos fue de 340 toneladas y 0.85 toneladas de aletas de tiburón.
LA AMENAZA
Uno de los problemas principales de la sobrepesca de tiburones es que son de crecimiento lento, tardan en llegar a su etapa adulta y tienen pocas crías.
En Panamá hay más de 40 especies de tiburones, pero se están extinguiendo poco a poco. Según el biólogo Juan Posada, director de Ciencias de MarViva, si en unos seis años no se logra informar tanto a los consumidores, pescadores y distribuidores sobre la amenaza, se pudieran llegar a extinguir, “pues la pesca va a una velocidad preocupante”.
Sin embargo, no todos los casos de pesca de tiburones son buscados. Por ejemplo, en ocasiones los pescadores artesanales no consiguen peces y lo único que cae en sus redes son los cazones.
Otra de las razones de la caza de especies marinas son los hábitos de pesca poco sostenibles que arrasan con cardúmenes o bancos de peces y no identifican el tamaño de la especie para el consumo.
Este método de arrastre hace que muchos peces y otras criaturas queden atrapadas entre las redes sin propósito alguno, y luego son arrojados al mar, entre ellos tortugas, mantarrayas y hasta delfines sin vida.
Desequilibrio marino
Una consecuencia nefasta de la extinción de los tiburones es la ruptura de la cadena alimentaria, ya que juegan un papel importante en el balance poblacional de los océanos, como depredadores tope.
“Los tiburones son los depuradores del mar y tienen un factor ecológico importante”, añade Posada.
Un ejemplo citado por el biólogo fue el caso del estudio publicado por la revista científica Science, que destaca que “la cadena alimentaria de los océanos se está rompiendo”, debido a la caída de la población de tiburones.
Posada recuerda el caso de las costas de Virgina, Estados Unidos, donde las rayas “nariz de vaca” se multiplicaron por 20 desde 1970 y como consecuencia directa mariscos como los ostrones (alimento de estos peces) prácticamente desaparecieron a pesar de los importantes esfuerzos de conservación. Estos mariscos servían como filtradores y mejoraban la calidad del mar, por lo cual se fue contaminando.
“El sector pesquero artesanal está consciente de que el número de tiburones no es el mismo y está disminuyendo... hay que tratar de hacer algo”, apunta.
Posada explica que la solución puede estar en campañas informativas, tanto para pescadores como para consumidores y distribuidores.
La invasión de especies exóticas ha tenido la consecuencia de que toda la cadena alimentaria está cambiando; por ejemplo, en el mar Mediterráneo ha traído como habitantes al pez globo venenoso, y en nuestros mares, en el Caribe, al pez león.
LEYES QUE PROTEGEN
Hay un plan de acción nacional para la conservación y ordenación de las pesquerías de tiburones en la república de Panamá con el fin de aumentar el recurso tiburón, mediante su protección y aprovechamiento sostenible para garantizar la pesca industrial y la artesanal a largo plazo. Se trata de la resolución ADM/ARAP 013 del 9 de febrero de 2009 (G.O. 26370-B de 17/09/09).
En cuanto a las sanciones, mediante la Ley 9 del 16 de marzo de 2006 (G.O. 25506 de 20/03/2006) se prohíbe la práctica del aleteo de tiburones.
En toda actividad de pesca en la que se capturen especies de tiburón de forma dirigida o incidental deberán mantenerse a bordo de las embarcaciones todos los ejemplares de tiburón para que sean verificados en puerto del aprovechamiento integral del recurso.
EL SEMÁFORO
La guía y el semáforo de consumo ( ver infografía) están diseñados para orientar al consumidor. La idea es “convertirlo en un documento que se pueda repartir en los supermercados y mercados”, añade Posada.
Para elaborar la guía, los integrantes de MarViva realizaron varias visitas al Mercado del Marisco y observaron las especies que más se comercializan y las más buscadas, ya que no todos los días están las mismas especies.
La orientación fue en base a la Guía para la identificación de los peces de importancia comercial del Pacífico de Panamá.
Este documento fue hecha originalmente con algunas asociaciones de pescadores artesanales. A estas asociaciones se les capacita sobre pesca responsable y una de las formas de medir su pesquería es con el registro de los desembarques, qué especie están capturando y de qué tamaño. “El semáforo dará una idea de los pescados que se pueden consumir en esta época del año”, explica el biólogo de MarViva.
PARA CONSUMIR
Los expertos aconsejan a los consumidores que cuando vayan a un restaurante pidan la pieza entera, para que vean el tamaño del pescado que se comen, ya que en muchos platos utilizan crías, o parte de pescados cuya pesca y consumo están prohibidos por la ley.
En caso de que no desee consumir peces, vele porque en los locales donde compre otros mariscos, como camarones o langostas, estén autorizadas para vender en época de veda, y que cuenten con el certificado de inspección ocular emitido por la ARAP.
LAS VEDAS Y la CUARESMA
Según la ARAP, la veda no necesariamente implica una prohibición a la venta de camarón. Lo que está prohibido es la captura del camarón en tiempo de veda.
En esta época de Cuaresma, sin embargo, la venta de este molusco está permitida para los comercios que tienen un certificado. Si los locales que venden camarón no tienen el certificado, deben ser denunciados inmediatamente.
En el caso de la langosta, los comercios que no tengan certificado de la langosta espinosa del Caribe (Panulirus argus) también deben ser denunciados al 311.
Otro marisco que tiene veda es el cambute o cambombia. Está prohibida su captura, posesión y comercialización hasta noviembre de 2014; y el pepino de mar tiene la captura prohibida indefinidamente.
Actualmente hay veda de camarón hasta el 11 de abril y de langosta espinosa del Caribe hasta el 30 de junio.
El funcionario de la ARAP aconseja no comprar productos a quienes no tengan los permisos correspondientes. “A causa de la veda, los camarones no deben estar frescos, pero deben estar conservados en hielo o congelados y de tamaño uniforme”. Otro consejo es que se asegure de que los mariscos no huelan a amoniaco.
En cuanto a los peces, deben ser grandes, con la piel brillante y tensa, los ojos bien abiertos y brillantes, y las agallas rojas; su cuerpo debe estar firme y elástico. Los mejillones deben estar bien cerrados, es decir, vivos y frescos. Si están semiabiertos se aconseja que se les dé unos golpes para ver si reaccionan, siendo esto un indicador de que el producto está fresco. El pulpo debe estar fresco o congelado, con la carne firme y con ligero olor a pescado.
