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El escritor y profesor argentino Eduardo Sacheri conversa en exclusiva con La Prensa sobre la construcción y el alcance de su más reciente pieza narrativa, La noche de la usina, que ayer obtuvo el premio Alfaguara de Novela 2016.
Con La noche de la usina, que ganó ayer el premio Alfaguara de Novela 2016, Eduardo Sacheri (Buenos Aires, 1967) aspira a que lo universal de la literatura lo haya conseguido él con una obra que transcurre en un modesto suburbio argentino y descartar así esa idea generalizada de que solo se puede crear un texto valioso si este ocurre en una gran ciudad.
La noche de la usina detalla un comunicado de Alfaguara, se desarrolla en un pueblo de la provincia de Buenos Aires y sigue las acciones de “un grupo de hombres que se propone reunir la suma de dinero necesaria para adquirir unos silos abandonados en un predio agroindustrial”.
En exclusiva para La Prensa, Sacheri comparte que las historias que aparecen en La noche de la usina las construyó con la ilusión de que sus lectores tengan sueños, amores y retos parecidos a los de sus personajes, a los que el jurado del Alfaguara, presidido por la escritora y académica Carmen Riera, definieron como “perdedores heróicos”.
A sus seres de ficción le gusta calificarlos como “personas comunes”, ya que él mismo se considera un ser corriente, resalta el responsable de la mundialmente conocida novela El secreto de sus ojos, cuya versión fílmica, dirigida en 2009 por Juan José Campanella, recibió una docena de premios, entre ellos el Óscar como mejor película extranjera.
A Eduardo Sacheri le agrada la gente común porque comenta que esa es la condición de la mayoría de las personas, pues se trata de un conglomerado de figuras olvidadas y derrotadas por la política o las finanzas.
Además, plantea que si se hila más delgado, el hombre, por su condición mortal, ya es un perdedor porque tarde o temprano va a morir.
Sacheri resalta que su estilo literario es muy ficcional, es decir, esquiva los argumentos que parten de un hecho noticioso o un acontecimiento real, ya que nacen fundamentalmente de su propia imaginación.
Aunque sí decidió enmarcar La noche de la usina durante la severa crisis económica que sufrió Argentina en 2001.
ANDAMIOS
La noche de la usina, explica, se construyó con los andamios de la novela policíaca. No porque en su trama exista un crimen o un robo, sino que la empresa que emprenden sus personajes es sobrevivir a una estafa sufrida y entonces ellos tratarán de robarle a los causantes de sus tristezas como un acto de justa venganza.
De esa manera, sus personajes se involucrarán en una “épica quijotesca”, de acuerdo con el jurado del Alfaguara. Esto se deberá, indica Sacheri, porque sus hijos de ficción, a los que describe como “pequeños e imperfectos”, deberán enfrentarse a los poderosos en una misión que a todas luces parece heredada de las acciones que acometió don Quijote de La Mancha.
Además, el llamado género noir le permite al también profesor idear una estructura que aspira haya sido exigente en su planteamiento. En el sentido de mantener la contención del lector y a la par espera que la lectura de La noche de la usina se convierta en un viaje placentero, entretenido y, de ser posible, más profundo que sencillo a la hora de abordar los diversos conflictos que sortean sus personajes.
AMBIENTE
El fallo del jurado del Alfaguara también destacó cierto halo de thriller y de western en las páginas de La noche de la usina.
Sacheri opina que esa lectura se da por los elementos del policíaco antes mencionado y porque su novela ocurre en la inmensa y húmeda pampa argentina, esa parte de su país dominado por gigantes llanuras y horizontes inabarcables que le recuerdan al ser humano su condición pequeña ante la inmensidad de la naturaleza.
