El Ejército de Colombia atribuyó ayer al Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla activa del país y en negociaciones de paz con el Gobierno, el secuestro del padre de Edwin Contreras, un alcalde del municipio El Carmen, situado en la convulsionada región del Catatumbo, desaparecido en la víspera.
“Es un secuestro que forma parte de esta manera absolutamente irracional del ELN de ‘celebrar la muerte’ el 14 de febrero del cura (Manuel) Pérez y el 15 de febrero del cura Camilo Torres”, dijo el comandante del Ejército colombiano Alberto Mejía, haciendo alusión a estos dirigentes emblemáticos del grupo rebelde, fallecidos en 1998 y 1966, respectivamente.
El ELN también es responsable de un segundo hecho “de terrorismo”, dijo Mejía, al reportar la explosión de un tramo del oleoducto Caño Limón-Coveñas, ocurrida el miércoles por la noche en el mismo municipio El Carmen.
“Estos mensajes le hacen mucho daño al proceso (de paz)”, señaló, al cuestionar la pérdida de “legitimidad” que sufren las negociaciones con actos así. “El Gobierno tiende la mano y responden de esta manera”, agregó.
El gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla del ELN, último grupo insurgente activo tras la firma de la paz con las FARC, instalaron el 7 de febrero en Quito, Ecuador, una mesa formal de conversaciones para acabar más de medio siglo de conflicto armado.
