El papa Francisco dio ayer un ultimátum a un grupo de sacerdotes en Nigeria que se niegan a aceptar el nombramiento de un obispo y los amenazó con retirarlos del ministerio.
Francisco recibió el 8 de junio en el Vaticano a una delegación de la diócesis Ahiara, donde los sacerdotes se han negado a aceptar el nombramiento del obispo local hecho en 2012 por el entonces papa Benedicto XVI. El diario L’Osservatore Romano reportó que la orden que dio Francisco ayer fue “por el bien de la gente del Señor”.
El pontífice dijo a la delegación nigeriana que estaba “muy entristecido” por la negativa de los sacerdotes a obedecer y descartó que las lealtades tribales sean la causa del rechazo.
Además, exigió que cada sacerdote de la diócesis le escriba pidiendo perdón y que “manifieste claramente su obediencia total al papa”.

