Un grupo de manifestantes que acampa cerca de una reserva indígena estadounidense en Dakota del Norte para resistir la construcción de un ducto de petróleo, se enfrentó el pasado sábado con trabajadores de la empresa constructora a los que acusan de haber destruido sitios sagrados.
Cientos de manifestantes enfrentaron a operadores de excavadoras, en un área conocida como Cannon Ball, ubicada en el centro de los vastos valles de este estado del norte de Estados Unidos.
La tribu sioux de Standing Rock afirma que el equipo que hace las excavaciones destruyó un cementerio sagrado, centros de oración y artefactos de su tradición cultural, incluso después de que el constructor del oleoducto hiciera una pausa voluntaria en el área disputada, a menos de dos kilómetros de la reserva indígena. Los manifestantes furiosos rompieron una valla y lucharon con los guardias de seguridad privada, que emplearon gas pimienta y perros.
La vocera de la comisaría de Morton, Donnell Preskey, dijo que cuatro guardias y dos perros resultaron heridos en el enfrentamiento suscitado en el lugar donde estaban los manifestantes.
“Ellos trataron de empujarnos hacia atrás con sus camiones y excavadoras, pero nosotros continuamos avanzando”, dijo por su parte, Seeyouma Nashcid, un manifestante de Arizona.
La tribu sioux, cuya reserva está situada justo al sur de donde el oleoducto de mil 900 km cruzará el río Misuri, ha entablado una batalla legal para detener el proyecto, que dice, pondría en peligro el agua potable y destruiría sitios históricos de su comunidad.

