La Iglesia católica, a través del cardenal José Luis Lacunza, hizo un llamado ayer a los mandatarios de Centroamérica para que “abran sus fronteras”, frente a la crisis migratoria que se registra en el país.
Lacunza señaló que como región se debe buscar una solución lo más rápido posible a este tema. “Apelo a los gobernantes centroamericanos a que entiendan que esto es una crisis humanitaria y no se puede mirar con criterios políticos. Hay que ir más allá de eso”, acotó.
Sostuvo que la situación de los migrantes es algo “muy complejo”, y que el problema le ha caído a Panamá porque otros países tomaron decisiones muy drásticas.
De hecho, aseguró que la salida a este tema no la tiene solo Panamá, sino todas las naciones centroamericanas, junto con México, Estados Unidos, Cuba y Ecuador.
A raíz de esto, mencionó que ha mantenido conversaciones con religiosos de esos lugares para dialogar sobre la crisis migratoria.
“Panamá ha hecho un gesto humanitario en no cerrar la frontera. Es un reto para todos el tener a los cubanos aquí, darles comida y atención sanitaria”, concluyó Lacunza.
En estos momentos, los 2 mil 800 cubanos que se encuentran en Panamá están esperanzados en la segunda reunión que sostendrán los cancilleres en Costa Rica para poder continuar con su viaje y llegar a Estados Unidos.
El gobernador de la provincia de Chiriquí, Hugo Méndez, dijo que ayer se procedió al traslado de más de 300 cubanos a Los Planes para evacuar los hoteles La Morenita y La Cieneguita, en la frontera de Paso Canoas. En este sector fronterizo solamente van a quedar 300 cubanos que se encuentran hospedados en el hotel Millenium.
Respecto a los más de 800 africanos ubicados en Costa Rica, estos continúan a la intemperie, debido a que rechazan los albergues que les preparó el Gobierno de Costa Rica.