El movimiento conocido como Oposición Indignada, que lleva meses manifestándose contra la corrupción en Honduras, insistió en la necesidad de constituir una comisión internacional contra la impunidad similar a la de Guatemala y rechazó una propuesta de la Organización de Estados Americanos (OEA) que solo señala que jueces y fiscales extranjeros asistan a los hondureños, pero que la comisión sea nacional.
Asimismo, el grupo anunció que en una fecha aún no determinada paralizará el país con el respaldo de líderes obreros y campesinos.
Los indignados exigen desde mayo la dimisión del presidente Juan Orlando Hernández, que Naciones Unidas instale en Honduras una comisión especial contra la corrupción e impunidad y que un tribunal internacional enjuicie a todos los involucrados en la corrupción en el país.
La OEA auspiciaba desde el 14 de agosto un diálogo nacional a petición de Hernández en un intento por calmar a los indignados, pero el sábado pasado el chileno John Biehl, el facilitador designado por ese organismo, dejó el país sin poder llegar a un acuerdo y tras presentar una propuesta aceptada por el gobierno pero que a toda la oposición le resultó insuficiente.
Biehl exhortó a reformar el sistema judicial local para garantizar su efectiva independencia y combatir la impunidad. La recomendación establece el acompañamiento de jueces y fiscales de “altísimo nivel” que dependerían del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien sería el encargado de “dar las tareas que tienen que hacer”, explicó.
En rueda de prensa, antes de partir, Biehl lamentó que sectores utilicen la crisis actual como campaña política, subrayó la necesidad de llegar a consensos para superar los problemas y calificó de “infantil” la conducta de los indignados y de políticos como el expresidente Manuel Zelaya que insisten en una comisión internacional (Cicih) como única salida.
Ayer, a través de un comunicado, Zelaya dijo que “esa propuesta unilateral de la OEA, que se negocia a espaldas de los indignados y la oposición, niega la Cicih como el instrumento idóneo para combatir la corrupción y la impunidad y alimenta la indignación del pueblo”.

