No pocos son los pueblos que rinden tributo a la Virgen María en sus distintas advocaciones. Uno de ellos es el pueblo penonomeño, el cual en estos días rinde devoción a la Inmaculada Concepción, cuya fiesta celebran desde el 6 de diciembre de cada año.
Relata la tradición que el fervor de los penonomeños hacia María de la Inmaculada Concepción data de los tiempos de la colonia, pues la imagen original fue un regalo del rey Carlos V.
Eran tres imágenes que venían selladas en cajas de madera y que el pueblo debió escoger una, pero sin ver de que santo se trataba. Reunido en la plaza del pueblo pidieron a una joven que escogiera una y al abrirla descubrieron la imagen de la madre del Señor.
Con el correr de los años se tejieron varias leyendas por los muchos favores que la santa ha hecho por los penonomeños. Una de las más antiguas relata el inminente ataque de los indígenas al pueblo, compuesto por españoles y mestizos. Estos estaban prácticamente rodeados y el pueblo a punto de ser incendiado, cuando acudieron todos a la iglesia a orar a la Virgen por su protección, pero extrañamente la cúpula donde permanecía la imagen no se abrió.
De lejos escuchaban los gritos de los indios y las teas encendidas que bajaban de todos los puntos. Temían lo peor, pero de pronto se hizo silencio y todo fue paz. Luego, al amanecer, los indígenas no bajaron y el pueblo se salvó de desaparecer.
En la mañana, el hijo del cacique llegó al pueblo a pedir la paz, pues aducía que con una capitana como la que tenían los soldados españoles no podían vencer.
Los vecinos del pueblo no entendían lo ocurrido y el joven indio relató que la noche anterior una bella mujer, envuelta en llamas, bajó del cielo con una gran espada y los hizo huir despavoridos.
Llevado a la iglesia para mirar la efigie de la Virgen, esta vez la cúpula sí abrió y al verla el joven indio se postró a sus pies aseverando que esa había sido la capitana.
La imagen tenía el cabello lleno de espinas y su manto lleno de pega pega, como si hubiera librado una batalla.
Desde entonces la Inmaculada Concepción es la madre protectora de los penonomeños, a la que ofrecen sus angustias y sus penas, confiados en que dará solución a sus problemas y los librará de enfermedades.
