El ministro israelí de Defensa, Avigdor Lieberman, aseguró ayer que el Gobierno ejecutaría la orden de la justicia israelí de demoler la colonia ilegal de Amona, en Cisjordania ocupada. Amona, en la que viven unas 200 personas, centra la atención internacional debido a la batalla legal sobre su existencia.
“Ya lo he dicho en el pasado y lo repito a los habitantes de Amona: hay una decisión del Tribunal Supremo (israelí) y la respetaremos”, declaró Lieberman durante una visita a Otniel, otra colonia. Amona es un asentamiento ilegal no solo según la ley internacional, sino también según la israelí. Situada en el centro de Cisjordania ocupada, no lejos de Ramala, fue construido en los años 90 sin autorización en tierras privadas palestinas.
En 2014 la justicia israelí ordenó su evacuación antes de finales de 2016, pero los habitantes se niegan a ser desplazados y una parte de la derecha política israelí los apoya.

