Desde el exuberante jardín tropical de la residencia del embajador de Chile en Venezuela, el líder opositor venezolano Freddy Guevara recibe una llamada muy esperada de un diplomático extranjero y le pide que proteja a un colega legislador que huye de la más reciente acción represiva del régimen de Nicolás Maduro.
“Gracias, gracias embajador. En el nombre de todos”, dijo Guevara hablando con su teléfono celular mientras toma asiento para dar una inusual entrevista dentro del complejo diplomático que ha sido su hogar incómodo y aislado durante los últimos 18 meses.
“Todo eso parece cuadrado, ¿verdad?”, dice mientras al mismo tiempo escribe un mensaje de texto compartiendo la buena noticia con algún contacto. Pero “los últimos días todos han sido así”, agrega.
A medida que la crisis de Venezuela se profundiza, más y más opositores del régimen están huyendo ante el temor de ser arrestados por participar en un levantamiento militar fallido la semana pasada, encabezado por el presidente encargado, Juan Guaidó, y un pequeño grupo de militares que buscaba el cese de la usurpación de Maduro.
En este escenario, muchos de los opositores al régimen están acudiendo a las embajadas extranjeras, como sucedió en los días oscuros de la década de 1970, cuando dictaduras militares mucho más sangrientas en Sudamérica cazaban a sus oponentes.
En los últimos 10 días, mientras Maduro se recupera del levantamiento, tres diputados se han refugiado en las residencias de los embajadores de Italia y Argentina, mientras que el líder opositor Leopoldo López, quien desafió el arresto domiciliario para participar en el golpe, ahora vive con su familia en la residencia del embajador de España.
Otros se refugian en misiones no reveladas, mientras que al menos 18 miembros de la Guardia Nacional Bolivariana que respondieron al llamado del presidente Guaidó a rebelarse están en la Embajada de Panamá en Caracas.
Ninguno ha solicitado asilo, a pesar de que los países latinoamericanos tienen la tradición de otorgar tal estatus a los parias políticos que se presentan en sus misiones diplomáticas, permitiéndoles ingresar como “huéspedes”.

